Las devastadoras inundaciones que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana festivo del 4 de julio han dejado un saldo trágico de al menos 104 personas fallecidas, entre ellas 28 niños, mientras los equipos de emergencia continúan incansablemente la búsqueda de desaparecidos y supervivientes en la región afectada.
La catástrofe se desató cuando el río Guadalupe, ubicado en la región conocida como Hill Country, cerca de la ciudad de Hunt y al noroeste de San Antonio, se desbordó de manera súbita tras una acumulación de más de 30 centímetros de lluvia en apenas 12 horas, elevando el nivel del río a 9.9 metros, su segundo máximo histórico registrado. En solo dos horas, el río creció aproximadamente seis metros, arrasando campamentos, viviendas y vehículos, y sorprendiendo a residentes y visitantes que se encontraban celebrando el Día de la Independencia de Estados Unidos.
Entre las víctimas fatales se encuentran 27 niñas y sus guías que se alojaban en el campamento cristiano Camp Mystic, ubicado junto al río Guadalupe. La súbita crecida del agua durante la madrugada del viernes 4 de julio sorprendió a los campistas, dejando al menos 11 personas desaparecidas, incluyendo 10 niñas y una monitora, cuya búsqueda continúa.
El condado de Kerr, el más afectado por la tragedia, concentra la mayoría de los fallecimientos. El sheriff Larry Leitha Jr. informó que en esta zona se han contabilizado 84 muertos, de los cuales 56 son adultos y 28 menores. Además, otras comunidades cercanas reportaron muertes adicionales: tres en Burnet, una en Kendall, una en Tom Green y cuatro en Travis, elevando el total a 104 fallecidos en la región central de Texas.
Operativos de rescate y alerta por nuevas lluvias en el Centro de Texas
Desde el inicio de la emergencia, cientos de efectivos de rescate, incluyendo la Guardia Nacional y la Guardia Costera, se han movilizado por tierra y aire para buscar sobrevivientes y recuperar cuerpos entre el lodo y escombros. Hasta la fecha, se han realizado más de 250 rescates, con cerca de 900 personas salvadas, muchas de ellas aferradas a árboles u otros elementos para evitar ser arrastradas por las aguas.
Sin embargo, las esperanzas de encontrar más supervivientes se han reducido, ya que expertos en emergencias señalan que las primeras 72 horas tras una catástrofe son críticas para la supervivencia, y ya han transcurrido varios días desde el desastre.
Las autoridades meteorológicas han emitido nuevas advertencias de fuertes lluvias en la región, lo que aumenta el riesgo de más inundaciones y complica las labores de rescate. El gobernador de Texas, Greg Abbott, alertó sobre la persistente amenaza de precipitaciones intensas que podrían provocar nuevas crecidas y daños.

Respuesta federal y visita presidencial
Ante la magnitud del desastre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el domingo 6 de julio una declaración de emergencia y desastre mayor para Texas, lo que permite la activación inmediata de recursos federales para apoyar a las autoridades locales y estatales en las labores de búsqueda, rescate y recuperación.
La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) ha desplegado personal especializado y equipos para asistir en la zona afectada. En un comunicado, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, destacó la importancia de esta ayuda para enfrentar la crisis.
El presidente Trump anunció además que tiene previsto visitar Texas a finales de esta semana para evaluar personalmente la situación y brindar apoyo a las víctimas y a los equipos de emergencia. En paralelo, la Casa Blanca rechazó críticas de la oposición demócrata que responsabilizaban al gobierno federal por supuestos recortes en el Servicio Meteorológico Nacional, calificándolas de “mentiras”.
Impacto social y comunitario
La tragedia ha conmocionado a la comunidad local y a todo el país. Muchas familias y visitantes que se encontraban en la región para celebrar el Día de la Independencia quedaron atrapados por la súbita crecida del río. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, señaló que un número indeterminado de visitantes estaba en la zona para las festividades, lo que complicó el conteo inicial de desaparecidos.
El rey Carlos de Gran Bretaña expresó su “profunda tristeza” al presidente Trump por la pérdida de vidas y elogió el valor y la generosidad de los servicios de emergencia y voluntarios que trabajan en la zona.
Situación actual y perspectivas
A pesar de los esfuerzos, la situación sigue siendo crítica. Los equipos de rescate continúan trabajando sin descanso, enfrentando condiciones difíciles debido al terreno saturado y la amenaza constante de nuevas lluvias. Se espera que la cifra de víctimas aumente a medida que se encuentren más cuerpos o desaparecidos.
Las autoridades oficiales del estado de Texas han reiterado la importancia de la prevención y la preparación ante fenómenos meteorológicos extremos, especialmente en zonas vulnerables como Hill Country, donde la topografía y la acumulación rápida de agua pueden generar inundaciones repentinas y mortales.
Datos clave:
Aspecto | Detalle |
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Número de fallecidos | Al menos 104 personas (56 adultos, 28 niños en Kerr) |
Víctimas en campamento Mystic | 27 niñas y guías (11 desaparecidos) |
Región más afectada | Condado de Kerr, Texas Hill Country |
Crecida del río Guadalupe | Subió 6 metros en 2 horas; nivel máximo 9.9 m |
Rescatados | Cerca de 900 personas |
Declaración presidencial | Emergencia y desastre mayor firmados por Trump |
Visita presidencial | Programada para finales de esta semana |
Riesgo actual | Persisten alertas por lluvias e inundaciones |
Esta tragedia pone en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades frente a fenómenos naturales extremos y la necesidad de fortalecer los sistemas de alerta temprana y respuesta rápida para minimizar pérdidas humanas en el futuro. Las autoridades federales, estatales y locales, junto con la solidaridad de la sociedad, enfrentan ahora el desafío de atender a las víctimas, reconstruir las zonas afectadas y prevenir nuevas catástrofes.
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