Más de 10 millones de ejemplares de la fauna de las costas de Alaska se vieron afectados por el derrame de 37.000 toneladas de crudo de la ExxonMobil el 24 de marzo de 1989 cuando su petrolero, el Exxon Valdez, encalló en Bligh Reef. La petrolera fue condenada por un tribunal a pagar 5.000 millones de dólares, pero en 2008 EE.UU. redujo esa cifra a apenas 500 millones.
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