En las últimas semanas, una serie de ataques violentos ha tenido como objetivo propiedades de Tesla, incluyendo concesionarios, estaciones de carga y vehículos particulares, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Estos incidentes coinciden con la creciente influencia de Elon Musk, CEO de Tesla, como jefe del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental en la administración del presidente Donald Trump.
Los ataques han incluido incendios de vehículos, disparos contra concesionarios y el uso de cócteles molotov. Aunque no se han reportado heridos, la magnitud y frecuencia de estos actos han generado preocupación en las autoridades y en la comunidad empresarial.
En Canadá, Tesla fue excluida de una feria automotriz internacional debido a preocupaciones de seguridad.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ha calificado estos ataques como «terrorismo doméstico» y ha anunciado que el Departamento de Justicia ha presentado cargos contra varios individuos involucrados en estos hechos. Bondi enfatizó que las investigaciones continuarán y que se impondrán consecuencias severas a quienes participen en la organización y financiamiento de estos crímenes.
La controversia se intensificó tras la decisión de un juez federal que dictaminó que el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por parte del Departamento de Eficiencia Gubernamental, liderado por Musk, probablemente viola la Constitución.
El juez emitió una orden judicial indefinida que bloquea al departamento de tomar más acciones contra USAID y exige la restitución de accesos y recursos a los empleados afectados aunque la administración Trump ha indicado que planea apelar la decisión.
El fallo también prohíbe la publicación de información personal no redactada de los contratistas y cualquier acción adicional de desmantelamiento, incluyendo la destrucción de documentos que potencialmente infringen la Ley de Registros Federales.
El presidente Trump, en una entrevista reciente, respaldó las declaraciones de la fiscal general Bondi y reiteró que su administración no tolerará actos de violencia que busquen intimidar o coaccionar decisiones gubernamentales. Por su parte, Elon Musk no ha emitido comentarios públicos sobre los ataques, pero fuentes cercanas indican que está colaborando estrechamente con las autoridades para garantizar la seguridad de las instalaciones y empleados de Tesla.
