El Primer Ministro canadiense, Mark Carney, ha consolidado una victoria para los liberales en las elecciones del lunes, posicionándose para un rol global como defensor del multilateralismo frente a las políticas proteccionistas del presidente estadounidense Donald Trump.
Desde 2019 sus seguidores afirman que la experiencia de Carney como la primera persona en dirigir dos bancos centrales del G7 le otorga una credibilidad internacional inmediata. Sus críticas directas a Trump durante la campaña han sido objeto de atención mundial. Carney, de 60 años, lideró el Banco de Canadá durante la crisis financiera de 2008 y el Banco de Inglaterra durante el Brexit.
«Canadá está listo para asumir un papel de liderazgo en la construcción de una coalición de países afines que comparten nuestros valores», declaró Carney el 3 de abril en Ottawa. «Creemos en la cooperación internacional. Creemos en el intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas. Y si Estados Unidos ya no quiere liderar, Canadá lo hará».
Los liberales de Carney superaron a los conservadores, liderados por Pierre Poilievre, cuyo lema «Canadá Primero» y estilo confrontacional evocaron comparaciones con Trump, lo que pudo haber influido en el resultado electoral.
Las encuestas mostraban una amplia ventaja conservadora que se desvaneció tras la imposición de aranceles por parte de Trump y sus amenazas de anexión. Como respuesta, muchos canadienses optaron por boicotear productos y viajes estadounidenses.
En su discurso de victoria, Carney advirtió: «América quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. El presidente Trump está tratando de quebrarnos para que América pueda poseernos.»
Tras su victoria, líderes europeos han felicitado a Carney, viendo su elección como un impulso para las relaciones transatlánticas en la era de Trump.
