El conflicto entre India y Pakistán ha escalado dramáticamente tras los ataques aéreos realizados por India en la madrugada del miércoles contra nueve objetivos en la región de Cachemira administrada por Pakistán y en la provincia de Punjab, fronteriza con India. Según el ejército paquistaní, estas acciones han dejado al menos 31 muertos y 57 heridos, en su mayoría civiles, tras varios bombardeos realizados por la India.
El Comité de Seguridad Nacional de Pakistán ha autorizado a las Fuerzas Armadas a responder a estos ataques con plena libertad para elegir el momento, lugar y método de sus acciones, en una clara señal de escalada militar. El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, advirtió que India deberá enfrentar las consecuencias de sus agresiones.
India, por su parte, sostiene que sus operaciones estaban dirigidas exclusivamente contra infraestructuras terroristas distribuidas en nueve ubicaciones.
Este episodio se enmarca en un contexto de alta tensión bilateral, agravado desde el ataque militante del 22 de abril en Cachemira india que causó 26 muertos, atribuido por India a grupos terroristas con base en Pakistán. Desde entonces, ambos países han impuesto restricciones diplomáticas mutuas y cerrado sus espacios aéreos.