El malestar emocional entre los jóvenes españoles de 11 a 18 años ha experimentado un aumento preocupante, situándose en un 38,5% en 2022, casi 11 puntos porcentuales más que en 2018, según el Estudio HBSC (Health Behaviour in School-aged Children) publicado por el Ministerio de Sanidad y realizado en colaboración con la Universidad de Sevilla y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta problemática afecta especialmente a las mujeres, con una prevalencia del 51,2%, más del doble que en los hombres, que presentan un 25,2%. La incidencia de malestares psicosomáticos como dolor de cabeza, problemas de sueño e irritabilidad aumenta con la edad, siendo las adolescentes de 17 y 18 años las más afectadas: el 60,3% reporta estos síntomas al menos dos veces por semana, frente al 28,4% de sus pares masculinos, señala El País.
El estudio también destaca una creciente sensación de soledad entre los jóvenes, con un 15,4% que afirma haberse sentido solo con frecuencia en el último año. La diferencia de género es notable: el 34,5% de los chicos dice no haber sentido soledad, comparado con solo el 17,6% de las chicas. Esta sensación se intensifica con la edad.
En cuanto a la percepción de la salud, solo el 20,9% de las chicas considera que su salud es excelente, frente al 33,9% de los chicos. Además, el 18,4% de los adolescentes presenta sobrepeso u obesidad, cifra que se agrava en hogares con menor nivel adquisitivo (24,8% frente a 13,9% en familias con mayor capacidad económica). Aunque la obesidad es más frecuente en chicos, las chicas muestran mayor preocupación por su imagen corporal: el 40% de las jóvenes de 17 y 18 años se perciben “algo o demasiado gordas” y el 19,4% manifiesta baja satisfacción con su cuerpo, frente al 4,7% de los chicos.
La familia sigue siendo el principal soporte emocional para los adolescentes, con más del 60% valorando positivamente el apoyo familiar, aunque esta percepción disminuye con la edad y es menor en hogares con menor solvencia económica.
En materia de consumo de sustancias, la mitad de los adolescentes mayores de 13 años asegura no consumir alcohol, aunque el 16,1% de los jóvenes de 17 y 18 años lo hace semanalmente. El tabaco diario es consumido por el 23,3% de este grupo, y un 12,1% ha probado cigarrillos electrónicos. Cerca del 10% de los jóvenes entre 15 y 18 años ha consumido cannabis en el último mes, mientras que el consumo de otras drogas ilegales es mucho menor.
Estos datos evidencian una crisis creciente en la salud mental y emocional de la juventud española, con un marcado impacto en las chicas y en los sectores socioeconómicos más vulnerables. El aumento del malestar psicosomático y la percepción negativa de la salud mental requieren políticas públicas integrales que aborden las desigualdades sociales y refuercen el apoyo psicológico y familiar en la adolescencia.