Israel, anunció que asumirá el control total de la ayuda humanitaria destinada a la Franja de Gaza. Esta decisión se produce en un contexto de intensificación de las operaciones militares y generó críticas por parte de la comunidad internacional y organizaciones humanitarias.
El primer ministro Benjamín Netanyahu declaró que «tomará el control total de Gaza», subrayando que la ofensiva militar continuará hasta la destrucción de Hamás y la liberación de los rehenes restantes. A pesar de permitir la entrada limitada de alimentos, el gobierno israelí supervisará estrictamente la distribución de la ayuda para evitar que llegue a manos de Hamás, acusado de desviar recursos humanitarios.
Según Reuters, Netanyahu afirmó que los senadores estadounidenses a quienes conoce desde hace años como partidarios de Tel Aviv, «nuestros mejores amigos en el mundo», le decían que las escenas de hambre estaban drenando un apoyo vital y llevando a Israel cerca de una «línea roja, a un punto en el que podríamos perder el control».
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por esta medida. El ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, afirmó que el uso de la ayuda como arma de castigo colectivo y de hambre en Gaza es inaceptable e impermisible, calificando la acción como una violación flagrante del derecho internacional humanitario.
Por su parte, Tom Fletcher, coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, instó a Tel Aviv a levantar el bloqueo de ayuda a Gaza, calificándolo de «castigo colectivo cruel». Fletcher enfatizó que «la ayuda, y las vidas civiles que salva, nunca deben ser una moneda de cambio»
En su mensaje, Fletcher también afirmó:
«Bloquear la ayuda mata de hambre a los civiles. Los deja sin atención médica básica. Los despoja de su dignidad y esperanza. Inflige un cruel castigo colectivo. Bloquear la ayuda mata.»
La situación humanitaria en Gaza es crítica. Según informes de la ONU, somete a más de 60.000 niños sufren de desnutrición aguda, y cientos de camiones de ayuda permanecen varados en la frontera debido al cierre de los cruces.
Organizaciones humanitarias han expresado su rechazo al plan de distribución de ayuda supervisado por Israel, argumentando que viola los principios de neutralidad y obliga a desplazamientos masivos de la población.

¿Qué gana Israel?
1. Control absoluto sobre el flujo de ayuda
- Israel decide qué entra y cuándo, lo que ha llevado a una reducción drástica en la cantidad de ayuda permitida.
- A pesar de la disponibilidad de toneladas de alimentos y medicamentos, la mayoría queda retenida fuera de Gaza, agravando el hambre, la desnutrición y las muertes evitables.
2. Instrumentalización de la ayuda
- Israel ha sido acusado de usar la ayuda como herramienta de presión política y militar, condicionándola al desplazamiento forzoso o a la cooperación de ciertas zonas.
- Esta estrategia es vista como parte de una campaña de castigo colectivo, lo cual está prohibido por el derecho internacional humanitario.
3. Violación de obligaciones internacionales
- El control y la obstrucción de la ayuda violan resoluciones de la ONU, como la Resolución 2720 del Consejo de Seguridad, que exige permitir acceso humanitario sin restricciones.
- Ignorar las órdenes de la Corte Internacional de Justicia y limitar la asistencia puede constituir crímenes de guerra o incluso actos de genocidio, según organizaciones y expertos internacionales.
4. Desconfianza y neutralidad humanitaria comprometida
- Israel no es visto como un actor neutral en el conflicto, por lo tanto, su control total sobre la ayuda compromete los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad e independencia.
- Esto genera desconfianza entre la población civil y obstaculiza la labor de agencias como la ONU, la Media Luna Roja o Médicos Sin Fronteras.
5. Reducción de la presencia internacional
- Organizaciones humanitarias enfrentan riesgos extremos. El hecho de que Israel controle las condiciones de acceso hace que muchos grupos reduzcan operaciones o se retiren, dejando a la población sin asistencia vital.
Mientras tanto, las negociaciones diplomáticas para un alto el fuego se encuentran estancadas, y el conflicto ha causado más de 53.000 muertes desde octubre de 2023.
La decisión de Israel de asumir el control total de la ayuda humanitaria en Gaza ha intensificado las tensiones y plantea desafíos significativos para la asistencia a la población civil afectada por el conflicto de ocupación.