La feroz pelea política entre Elon Musk y Donald Trump abre una brecha en el plano político que también genera incertidumbre en los mercados, especialmente en el sector tecnológico y de defensa.
Trump llamó al dueño de Tesla “loco” y amenazó con cancelar todos los contratos públicos con sus empresas.
Rápidamente, los mercados bursátiles se encendieron hasta que Wall Street cerró en rojo y Tesla cayó un 14%, arrastrando al S&P 500 y al Nasdaq.
Las acciones de Tesla y SpaceX están en la mira y los analistas de Wall Street ya anticipan más turbulencias si se confirman los recortes en beneficios fiscales o si se termina de dañar la relación entre Musk y el gobierno federal, que hasta ahora era uno de sus principales clientes.
En el plano internacional, la figura de Musk había acaparado poder gracias al alcance global de Starlink, clave para mantener conectadas regiones en guerra como Ucrania y Medio Oriente.
Pero ahora que Musk cayó en desgracia, con un enfrentamiento abierto en la Casa Blanca, se vuelve una figura impredecible.
Además, la salida de Musk deja al gobierno republicano sin uno de sus aliados más potentes en el mundo tech, de cara a las elecciones legislativas de 2026.