Decenas de muertos y cientos de heridos tras el ataque a civiles que aguardaban alimentos. Hospitales colapsados y denuncias contra el sistema de distribución internacional es lo que se vive en la franja
Al menos 93 personas perdieron la vida este martes en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza, cuando tanques del ejército israelí abrieron fuego contra una multitud de palestinos que aguardaban la llegada de asistencia humanitaria en la vía principal del este de la ciudad. Según el Ministerio de Salud del enclave, otras 221 personas resultaron heridas, 20 de ellas en condición crítica. Las Fuerzas de Defensa de Israel indicaron que están al tanto del incidente y que han iniciado una investigación al respecto.
Según relatan testigos, los tanques lanzaron dos proyectiles contra el grupo de personas. En redes sociales circula un video que muestra varios cuerpos destrozados.
Los heridos fueron trasladados al Hospital Nasser en vehículos improvisados, incluyendo carretas tiradas por burros. En ese centro médico, pacientes se encontraban en el suelo o en pasillos por la falta de camas. El sistema de salud en Gaza está colapsado: quedan alrededor de 1.500 camas hospitalarias para más de dos millones de habitantes, en medio de una ofensiva israelí que provoca decenas o cientos de víctimas civiles diariamente.
El ejército israelí explicó que el martes por la mañana “identificó una aglomeración junto a un camión de distribución de ayuda que quedó atascado en Jan Yunis, cerca de donde operaban las tropas de las FDI”. También señaló que “las FDI tienen conocimiento de informes sobre varios heridos por el fuego” militar “tras la aproximación de la multitud. Los detalles del incidente están bajo revisión”, agregaron.
Durante las últimas tres semanas, casi 400 palestinos han fallecido —y unos 3.000 han sido lesionados— mientras aguardaban ayuda alimentaria, según fuentes médicas locales. La mayoría de estos fallecimientos han ocurrido cerca de centros gestionados por la polémica Fundación Humanitaria de Gaza, una entidad respaldada por Estados Unidos y cuya distribución de ayuda ha sido militarizada por Israel.
La ONU ha expresado su rechazo a este modelo de entrega de insumos, calificándolo de inseguro, deficiente y contrario a los principios de neutralidad humanitaria. Israel, por su parte, defiende el esquema alegando que es una medida para impedir que Hamás desvíe la asistencia, algo que el grupo niega.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también reportó haber recibido información preliminar sobre más de veinte fallecimientos en las últimas horas cerca de otro punto de entrega de alimentos. “Esto es, una vez más, el resultado de otra iniciativa de distribución de alimentos” de la cuestionada fundación, criticó Thanos Gargavanis, cirujano traumatólogo y jefe de emergencias de la OMS.
“Existe una correlación constante entre la ubicación de los cuatro centros de distribución de alimentos anunciados y los incidentes con gran número de víctimas”, explicó Gargavanis. De acuerdo con el especialista, las principales heridas atendidas en los últimos días han sido por impactos de bala. En esa misma rueda de prensa, advirtió que la organización enfrenta una severa escasez de insumos para combatir la desnutrición. “Tenemos una gran escasez de fórmulas alimenticias terapéuticas y estamos intentando racionalizar su uso”, afirmó.
La población de Gaza, estimada en 2,1 millones de personas, enfrenta una crisis alimentaria severa. De no incrementarse significativamente la entrada de ayuda humanitaria antes de septiembre, alrededor de medio millón estará en riesgo extremo de hambruna, según la Clasificación Integrada de las Fases, un sistema de evaluación reconocido a nivel global. Desde que comenzó la ofensiva israelí hace 20 meses, más de 55.000 personas —en su mayoría mujeres y niños— han muerto en Gaza.
