Durante una serie de bombardeos realizados por Israel en territorio iraní, un hospital cerca de Kermanshah—así como áreas civiles en Teherán—fue alcanzado, causando daños significativos a la infraestructura médica con saldos de cientos de heridos entre pacientes, médicos y familiares.
Uno de los recintos impactados fue el Imam Khomeini Hospital en la capital, donde médicos describieron escenas dantescas.
Según autoridades sanitarias iraníes, la cifra preliminar de muertos alcanzó 224, con más de 1,277 hospitalizados, y aproximadamente el 90 % eran civiles, incluidos mujeres y niños.
Médicos en Teherán relatan un escenario devastador

“Un baño de sangre, con caos y familias desesperadas abarrotando las urgencias”
«Madres sangrando entraban corriendo con sus hijos heridos por metralla», añadieron, señalando que los lesionados presentaban hemorragias internas, quemaduras y metralla incrustada. Añadieron.
Otra fuente local subrayó que puede que las cifras estén siendo subestimadas y tienden a crecer.
Los médicos califican la situación como una “matanza”, destacando que los civiles, incluidos niños y ancianos, representan el grueso de las víctimas. Asimismo tres trabajadores de la Media Luna Roja iraní fueron asesinados durante operaciones de rescate en Teherán.

El ataque forma parte de una campaña israelí que también alcanzó sitios nucleares en Natanz, Fordow, Arak y Bushehr en las jornadas previas, Israel afirmaba haber logrado control aéreo sobre Teherán y haber inutilizado aproximadamente un 30 % de los lanzadores de misiles iraníes.
El ataque al hospital en Teherán/Kermanshah representa una escalada significativa con consecuencias humanitarias devastadoras.