Tras los recientes ataques directos de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes (Fordow, Natanz e Isfahán) el sábado 21 de junio de 2025, en apoyo al conflicto en curso entre Israel e Irán, la situación es sumamente volátil y crítica.
«Tenemos varias opciones disponibles y eso es todo», dijo este domingo Seyed Abbas Araghchi, canciller del país persa.
El funcionario dijo que «nunca confiaron en los países occidentales cuando negociaban con ellos, asegurando que ahora hay todavía más razones para no hacerlo en absoluto».
Aquí algunos posibles escenarios:
Deterioro de la diplomacia: Una acción militar anularía años de esfuerzos diplomáticos para frenar el programa nuclear de Irán y podría hacer que el país se retire completamente de cualquier negociación.
Riesgo para las tropas de EEUU: La intervención directa pondría en mayor riesgo a las tropas estadounidenses en la región.
Costo político para EEUU: Un conflicto prolongado y costoso iría en contra de la promesa de algunos líderes estadounidenses de evitar enredos en guerras extranjeras.
Empoderamiento de actores revisionistas: Una guerra más amplia podría empoderar a actores como Rusia y China en sus respectivas esferas de influencia, al desestabilizar el orden internacional.
Cambio en las relaciones regionales: Aunque algunos países árabes podrían no reaccionar con la misma vehemencia que en el pasado, la intervención estadounidense podría dañar la confianza de otros actores políticos de la región.