Un brote de sarampión ha sacudido a Norteamérica y se extiende con rapidez por el continente americano, generando preocupación en las autoridades sanitarias y poniendo en alerta a países vecinos. Estados Unidos, Canadá y México registran brotes activos, vinculados en buena medida a comunidades que rechazan la vacunación, mientras que Honduras y Bolivia han declarado alertas nacionales ante la amenaza de propagación, según France24.
En Canadá, hasta el 14 de junio de 2025, se han confirmado 3.081 casos de sarampión, con otros 300 casos probables o sospechosos, distribuidos en nueve jurisdicciones, incluyendo Ontario, Quebec y Alberta. Este aumento significativo refleja un resurgimiento preocupante en un país que había mantenido controlada la enfermedad durante años.
Estados Unidos enfrenta su segundo mayor brote desde la eliminación oficial del sarampión en 2000, con 1.227 casos confirmados hasta el 24 de junio, distribuidos en 15 estados. El epicentro se encuentra en Texas, especialmente en el condado de Gaines, donde una comunidad menonita con bajas tasas de vacunación ha sido el foco inicial. Este brote ha provocado hospitalizaciones graves y al menos cuatro muertes en el país. La enfermedad se ha propagado a estados como Nuevo México, Oklahoma y Kansas, y se teme que alcance zonas urbanas densamente pobladas.
México también vive una emergencia sanitaria por el sarampión, con más de 2.500 casos confirmados y al menos nueve muertes. La enfermedad, que comenzó en el norte del país, se ha extendido a 18 de los 32 estados, incluyendo Chihuahua, Sonora, Guanajuato y Zacatecas. Las autoridades mexicanas han declarado emergencia y refuerzan las campañas de vacunación masiva para contener el avance.
Ante esta situación, Honduras ha declarado alerta epidemiológica para prevenir la llegada y expansión del virus, mientras que en Bolivia el gobierno decretó alerta nacional tras confirmar 74 casos y más de 600 sospechosos, evidenciando que el brote afecta a todo el continente.
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Expertos advierten que la reaparición del sarampión está directamente relacionada con la resistencia a la vacunación en ciertos grupos, lo que pone en riesgo la salud pública y evidencia las consecuencias de la desinformación y la desigualdad en el acceso a servicios sanitarios. La Organización Panamericana de la Salud reporta un aumento de casos en la región que multiplica por once los registros del año anterior, con un 30% de los casos confirmados en personas no vacunadas y un 65% con información vacunal desconocida.
Las autoridades sanitarias hacen un llamado urgente a reforzar la vacunación y a combatir la desinformación para evitar una crisis sanitaria mayor que afecte a millones de personas en América.
