Ucrania en aprietos ya que la administración Trump ordenó la suspensión inmediata de envíos críticos de armamento a Kiev, incluyendo misiles Patriot, munición de artillería pesada, cohetes GMLRS y sistemas antiaéreos Stinger. La medida se produce justo cuando Rusia lanza una de las ofensivas más devastadoras del año contra territorio ucraniano.
“Debemos poner los intereses de Estados Unidos por encima de todo”, declaró Elbridge Colby, actual secretario de Defensa, al justificar la decisión con base en “niveles peligrosamente bajos” de los arsenales estadounidenses.
Desde Kiev, el Ministerio de Exteriores reaccionó con indignación, convocando al encargado de negocios estadounidense y advirtiendo que este giro podría ser interpretado por Moscú como una “luz verde para avanzar sin restricciones”.
El Pentágono confirmó que la revisión estratégica liderada por Colby prioriza la seguridad nacional interna y señala que Kiev deberá buscar «nuevas formas de abastecimiento y autodefensa».
La pausa se produce en medio de crecientes tensiones con la OTAN y presiones internas en EE. UU. para recortar gastos exteriores. Sin embargo, legisladores demócratas y varios republicanos moderados ya han exigido explicaciones en el Congreso.
La guerra en Ucrania entra así en una fase crítica, con menos apoyo militar occidental y una ofensiva rusa en ascenso. Europa se ve forzada a reaccionar, mientras Washington redefine su papel en el conflicto.
¿Qué dejará de recibir Ucrania?

Según NBC News, entre las armas cuyo suministro ha sido pausado figuran:
- Docenas de interceptores tierra-aire Patriot;
- Miles de municiones de obús de alto explosivo de 155 mm;
- Más de 100 misiles aire-tierra Hellfire;
- Más de 250 misiles como el GMLRS;
- Docenas de misiles tierra-aire Stinger, misiles aire-aire AIM y lanzagranadas.
Según el analista militar Carlo Masala, las reservas de armamento actualmente disponibles para Kiev permitirán sostener la defensa ucraniana solo hasta finales del verano. A partir de entonces, advierte, «la situación se volverá crítica». Masala prevé que “podría generarse un déficit severo hasta que Europa encuentre una forma de compensarlo”.
El armamento ahora suspendido por la administración Trump estaba previsto en dos paquetes de ayuda aprobados bajo el gobierno de Joe Biden.
Una parte de esos envíos iba a ser extraída directamente de los arsenales estadounidenses, con fondos ya asignados al Departamento de Defensa para reponer esas municiones posteriormente.
La segunda parte formaba parte de la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania (USAI), un programa que permite al Pentágono contratar a empresas de defensa nacionales para fabricar nuevo equipamiento destinado a Kiev, sin afectar las reservas militares actuales.

Durante la administración Biden, gran parte de esta ayuda fue posible gracias al uso de la Autoridad Presidencial de Reducción, una herramienta legal que permite al presidente transferir armas y equipos a países aliados sin requerir la aprobación del Congreso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano llamó al encargado de negocios estadounidense en Kiev e instó a que no se detuviera el suministro, advirtiendo que esto alentaría a Rusia.
La medida también ha generado críticas de legisladores demócratas y aliados europeos, que advierten que debilitara la defensa ucraniana y favorecerá a Rusia.