Los ataques de represalia con misiles lanzados por Irán redujeron a escombros el prestigioso Instituto Weizmann de Ciencias, ubicado en Rehovot, al sur de Tel Aviv, y vinculado al ejército israelí. Este centro, que fue fundamental para la investigación científica y militar de Israel, ahora está gravemente dañado e inutilizable. Según medios israelíes, el ataque fue deliberado y dirigido contra un centro de investigación avanzada relacionado con el ejército israelí en áreas como física, biotecnología e inteligencia artificial.
El presidente del Instituto, Alon Chen, confirmó que misiles balísticos iraníes impactaron con gran precisión en edificios clave del complejo, causando daños irreparables y contradiciendo versiones oficiales que minimizaban el alcance del ataque. Las pérdidas materiales se estiman entre 300 y 500 millones de dólares, afectando especialmente la parte científica del instituto, que es el núcleo de su actividad.
El ataque destruyó o dañó gravemente alrededor del 90% de las instalaciones, incluyendo laboratorios dedicados a la química, ciencias de la vida, biología molecular y neurobiología. Entre los más afectados estuvo el laboratorio del profesor Eldad Tzahor, especialista en regeneración cardíaca, donde se perdieron miles de muestras y más de dos décadas de investigación. Además, se dañaron equipos científicos compartidos, lo que agrava las pérdidas. La reconstrucción del instituto podría tomar años, y la pérdida de datos y muestras biológicas es irreparable en muchos casos.
Aunque el Instituto Weizmann se presenta como una entidad civil y publica gran parte de su investigación, mantiene vínculos estrechos y documentados con el complejo militar-industrial israelí. Colabora con contratistas militares como Elbit Systems en proyectos de inteligencia artificial, tecnología de drones y materiales para defensa, y recibe financiamiento del Ministerio de Defensa de Israel.
Además, el instituto ha sido un pilar en el desarrollo científico-militar israelí desde su fundación, incluyendo su papel en el programa nuclear clandestino de Israel durante la década de 1950, y ha formado a científicos que trabajan en unidades militares de élite y en tecnologías aplicadas a operaciones militares.
Tras el ataque, las autoridades israelíes han impuesto censura sobre las imágenes de los daños para evitar que Irán obtenga información que facilite futuros ataques. Sin embargo, han circulado fotos y videos que muestran la magnitud de la destrucción. La comunidad israelí aún no es plenamente consciente del alcance real del daño, mientras que el incidente marcó una escalada significativa en el conflicto regional entre Irán e Israel.