Portugal enfrenta una ola de calor sin precedentes que ha elevado las temperaturas hasta los 42 grados centígrados, afectando a gran parte del país y generando alarmas por la salud pública y el medio ambiente.
Este fenómeno coincide con un raro evento meteorológico: una nube de rodadura con forma de ola gigante, que sorprendió a cientos de bañistas en las playas portuguesas, evidenciando la creciente volatilidad climática causada por el calentamiento global, señaló Euronews.
El domingo, esta densa nube, conocida como nubosidad en rodaje, emergió del océano y avanzó hacia la costa, acompañada de fuertes vientos que tomaron por sorpresa a quienes disfrutaban del mar. Aunque su apariencia recuerda a un tsunami, se trata de un fenómeno atmosférico generado por la interacción de masas de aire con temperaturas contrastantes y brisas marinas, desplazándose horizontalmente en forma tubular.
Mientras tanto, el interior de Portugal experimenta fenómenos meteorológicos inestables, como lluvias excepcionales, tormentas violentas y granizo, intensificando la vulnerabilidad ambiental del país.
La Dirección Nacional de Protección Civil ha emitido advertencias urgentes para la población, destacando un riesgo máximo de incendios forestales en el norte, centro y Algarve, zonas donde las condiciones secas y las altas temperaturas pueden desencadenar desastres ecológicos y sociales.