Putin es amable pero nos echan mucha mierda.
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este martes duras amenazas contra los países miembros del bloque BRICS, acusándolos de intentar sabotear la hegemonía del dólar estadounidense.
«Los BRICS, en mi opinión, no son una amenaza seria, pero lo que están tratando de hacer es destruir el dólar», afirmó Trump en un encuentro con periodistas en la Casa Blanca. «Perderlo sería como perder una guerra, una guerra mundial», advirtió.

Como respuesta inmediata, Trump anunció la imposición de un arancel del 10 % a todos los productos provenientes de los países del BRICS —Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, y los nuevos miembros— solo por el hecho de pertenecer al bloque. «El dólar es el rey», sentenció, y quien intente desafiarlo «tendrá que pagar un alto precio».
El mandatario también disparó contra su antecesor, Joe Biden, al asegurar que «un presidente estúpido como el último» permitiría la caída del dólar, algo que él no tolerará bajo ninguna circunstancia.
Putin en la mira ¿Sale el verdadero Trump?.

En paralelo, Trump expresó su descontento con Vladímir Putin, a quien acusó de «no tener relevancia» pese a su cordialidad. «Putin nos echa mucha mierda. Es muy amable todo el tiempo, pero resulta que no tiene relevancia», declaró con tono sarcástico. Además, aseguró estar evaluando nuevas sanciones contra Rusia por su papel en el conflicto ucraniano.
Aunque Trump elogió a Putin por su «profesionalismo» frente a las sanciones, recalcó que su postura hacia Moscú es una de las más duras del mundo: «Soy más duro con Rusia que con Irán. Soy más duro con Rusia que con casi cualquier otro país».
Estas declaraciones llegan en medio de tensiones crecientes entre Washington y el bloque BRICS, que impulsa una política de desdolarización global. La cumbre reciente en Río de Janeiro mostró la creciente ambición del grupo por consolidar una alternativa financiera al dominio estadounidense, algo que Trump no está dispuesto a permitir.
China responde con dureza: «El proteccionismo no conduce a ninguna parte».

La reacción de China fue inmediata. La Cancillería del gigante asiático calificó la medida como un acto de “chantaje e intimidación unilateral”, y advirtió que reavivar el conflicto comercial pondría en peligro la frágil tregua alcanzada en junio en Londres.
“La guerra comercial y la guerra arancelaria no tienen ganadores, y el proteccionismo no conduce a ninguna parte”, declaró la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning.