El templo católico, responsabilidad de un amigo del Papa Francisco y último refugio para cientos de civiles en la Franja, fue alcanzado por un bombardeo. El Vaticano y líderes mundiales alzaron su voz contra la ofensiva.
Un ataque israelí impactó la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en Gaza, causando la muerte de dos mujeres civiles e hiriendo a varios más, entre ellos el sacerdote a cargo del recinto. La iglesia se encontraba repleta de civiles desplazados, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, cuando fue golpeada por el proyectil.
De acuerdo con el Patriarcado Latino de Jerusalén, las víctimas son una mujer de 84 años y un conserje que se desempeñaba en el complejo. El sacerdote Gabriele Romanelli, argentino y cercano al Vaticano, resultó herido junto a otras personas. En el lugar se refugiaban entre 400 y 600 civiles.
En un comunicado oficial, el Patriarcado expresó que «las personas refugiadas en el complejo fueron atacadas sin previo aviso». Añadieron que “no había presencia de combatientes ni actividad militar en la iglesia en el momento del ataque”.
El papa reacciona contra Israel
El Papa León XIV, sucesor del Papa Francisco, calificó el hecho como una “tragedia intolerable”. Desde Roma, dijo que “ni un solo lugar de culto, sin importar su fe, debería ser blanco de fuego”. El pontífice había mantenido contacto constante con Romanelli, y se mostró consternado por la noticia. En palabras de un portavoz vaticano: «El Papa llama a un inmediato alto el fuego y a que se respete el derecho humanitario internacional».

El Ejército israelí (IDF) admitió haber realizado ataques en la zona de Zeitoun, donde se ubica la iglesia, pero afirmó que “el incidente está siendo investigado” y que buscan “minimizar daños colaterales en áreas con presencia civil o religiosa”.
El templo había sido frecuente blanco de ataques desde noviembre, aunque este fue el más letal. se confirmó que Romanelli había advertido previamente sobre la situación: “Es imposible evacuar a estas personas. No tienen adónde ir”.

La reacción internacional en contra de Israel no se hizo esperar. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, declaró que el ataque “es inaceptable” y agregó que “ninguna finalidad militar justifica un golpe a civiles o lugares sagrados”. El presidente de Francia también exigió una investigación “transparente e independiente”.
Por su parte, organizaciones humanitarias como Caritas y Amnistía Internacional reiteraron su pedido de que se establezcan corredores seguros para evacuar a los miles de civiles atrapados en zonas de combate.