El abogado y analista político Johel Orta Moros, durante su más reciente intervención en el programa “Primera Página” transmitido por Globovisión, abordó con amplitud las perspectivas inmediatas y el impacto internacional de la reactivación de la industria petrolera venezolana, señalando que el interés por participar en la recuperación energética del país crece tanto en Europa como en Estados Unidos. Las declaraciones del especialista adquieren relevancia en el contexto de las últimas licencias entregadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) y los movimientos recientes de empresas energéticas transnacionales.
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Venezuela, en el centro de las decisiones energéticas globales
Orta Moros subrayó el cambio de clima político y económico respecto a la apertura petrolera venezolana, destacando que ya no solo Chevron opera legalmente en territorio nacional, sino que en breve se sumarán compañías de peso como Repsol y Eni, así como cerca de 200 empresas estadounidenses actualmente en gestiones ante la OFAC para obtener luz verde y entrar en las operaciones de rescate y ampliación de la principal industria venezolana.
El especialista resaltó que “veremos también pronto a Repsol, y veremos a Eni, y veremos a cerca de 200 empresas estadounidenses que están solicitando a la OFAC, les permitan ser liberadas para poder participar en Venezuela y el rescate de su principal industria, que es la industria petrolera”. El movimiento de grandes multinacionales, según Orta Moros, obedece a un interés no solo de negocios, sino a una necesidad sistémica en la economía global, motivada por el llamado a la estabilidad y suficiencia de hidrocarburos que, en última instancia, garantiza el equilibrio de los mercados internacionales.
Johel Orta Moros y las altas metas de producción
En la entrevista, Johel Orta Moros hizo énfasis en que el desempeño de la industria petrolera nacional deberá encaminarse nuevamente hacia los grandes volúmenes de producción prometidos a comienzos de siglo: “Para el equilibrio de la economía global, y del tema energético global, es fundamental que Venezuela llegue en los próximos de 3 a 5 años a los 3 millones y medio de barriles, y a lo que ha debido llegar en el año 2008, como lo había ofrecido el comandante Chávez, que era llegar a los 6 millones de barriles de producción.”
El analista sostiene que tales cifras son posibles en Venezuela, gracias a la magnitud de las reservas probadas, la infraestructura instalada y, particularmente, el interés renovado del capital internacional. “Eso es posible en Venezuela, y eso es además necesario para la estabilidad energética mundial”, recalcó, abriendo así el debate sobre la responsabilidad que tiene Venezuela, no solo con su desarrollo nacional, sino también con la estabilidad de los precios y el suministro global de energía.
Nuevos consensos internacionales
Orta Moros también hizo referencia al reciente otorgamiento de licencias para el desarrollo del sector gasífero, área que calificó como una potencialidad “brutal” en Venezuela. Señaló que la presencia de Chevron en el país no debe sorprender a los observadores informados, ya que todo apunta a una progresiva y determinada flexibilización de las sanciones y una expansión de la cooperación técnica y comercial.
Destacó con firmeza: “Lo de Chevron lo habíamos advertido, y se veía venir, y pues ya ocurrió. Así que esas voces que seguían argumentando, y además se contentaban por la salida de Chevron, buscando el quiebre económico de la república, pues han recibido una bofetada. Cosa que a mí me alegra particularmente, me contenta que haya sucedido, porque definitivamente eso es otro golpe al extremismo de la oposición venezolana.” Este punto de vista pone el foco en la dinámica política interna, subrayando que el regreso de empresas como Chevron—y la inminente llegada de otras firmas—evidencia el fracaso de los sectores que promovían el aislamiento económico como estrategia de presión política.
Futuro energético nacional
A lo largo de la entrevista, Orta Moros insistió en que la recuperación del sector no es solo una expectativa, sino un proceso real e indispensable para Venezuela y el mundo. La producción de crudo y gas natural, argumentó, impacta de modo directo en los mercados energéticos, incidiendo además en factores clave como inflación, suministro global y la balanza de pagos de economías importadoras.
Orta Moros subrayó que “la expansión del desarrollo de la industria petrolera y de la industria gasífera es inminente.” Celebró que la política petrolera venezolana se oriente hacia la reinserción de actores internacionales bajo reglas claras, previsible seguridad jurídica y rutas de ganancia para todos los partícipes, enfocando siempre la necesidad de alianzas estratégicas que beneficien no solo a las corporaciones, sino al país y su población.
Duro golpe a posturas políticas extremas
Finalmente, el analista político Orta Moros consideró que el fortalecimiento de la industria petrolera constituye también una respuesta contundente a los sectores extremistas que, en su criterio, apostaban por el deterioro económico como herramienta de cambio político. Aseguró que el regreso y la expansión de la inversión extranjera no solo implican ingresos y desarrollo, sino una superación de discursos que han quedado obsoletos ante la realidad de un país que, pese a las dificultades, demuestra capacidad de diálogo, negociación y reinserción en la economía global.
En balance, las declaraciones de Johel Orta Moros en “Primera Página” reflejan tanto el optimismo como la visión estratégica de quienes apuestan por la reconstrucción petrolera como columna vertebral del futuro inmediato de Venezuela, planteando que el país dispone—si se afianza la cooperación internacional—de los recursos, la capacidad y el contexto geopolítico necesario para ser de nuevo un actor determinante en el tablero energético global.
