Irán, lejos de caer en promesas vacías o presiones políticas, optó por un enfoque realista y calculado, al abrir las puertas a una visita técnica de la AIEA bajo condiciones claras y soberanas.
El gesto, refuerza el compromiso con la diplomacia y la transparencia por parte del Gobierno de Irán quien anunció que ha acordado recibir en las próximas semanas a una misión técnica de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con el objetivo de discutir y establecer un nuevo marco de cooperación bilateral, adaptado a las realidades políticas actuales.
El portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behrouz Kamalvandi, explicó que esta visita “no se refiere a inspecciones ni supervisiones inmediatas”, sino a “la elaboración de una modalidad de colaboración técnica basada en el respeto mutuo y las condiciones establecidas por la República Islámica”.
Esta decisión llega semanas después de que el Parlamento iraní aprobara una ley que restringe el acceso extranjero a sus instalaciones nucleares, salvo que exista una autorización explícita del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
De acuerdo con Teherán, esta normativa busca proteger la soberanía del país tras una serie de sabotajes y ataques atribuidos a potencias extranjeras, incluidos Estados Unidos e Israel.
Por su parte, el director general de la AIEA, Rafael Grossi, confirmó que Irán “está listo para reiniciar conversaciones técnicas” y subrayó que este es un paso importante para restaurar el diálogo.
No obstante, recalcó la necesidad de mantener canales de cooperación abiertos, especialmente ante las preocupaciones sobre el uranio altamente enriquecido que permanece bajo supervisión limitada.
Marco propio, soberanía de Irán asegurada
Lejos de ceder a presiones externas, Irán busca definir un modelo de trabajo conjunto que contemple garantías de seguridad, límites bien definidos y reglas acordadas en igualdad de condiciones.
Según funcionarios iraníes, esta aproximación técnica abrirá una nueva etapa de entendimiento con la AIEA, sin repetir errores del pasado donde se permitieron inspecciones sin reciprocidad.
“La República Islámica no se opone al diálogo ni a la supervisión razonable, pero exige que cualquier acuerdo esté dentro de un marco nacional aprobado por las instituciones competentes”, afirmó Kamalvandi.
Esta apertura ocurre mientras crecen las tensiones entre Teherán y las potencias europeas del E3 (Reino Unido, Francia y Alemania), que han amenazado con activar el mecanismo de sanciones del acuerdo nuclear de 2015, conocido como “snapback”, si no hay avances antes de agosto.
El “snapback” es un mecanismo de reactivación automática de sanciones internacionales que fue incluido en el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y el llamado Grupo 5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, China, Rusia + Alemania), conocido formalmente como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés).
Irán lo considera un chantaje político y ha advertido que si se activa, se retirará definitivamente del acuerdo nuclear y de cualquier forma de cooperación con la AIEA.
En paralelo, medios internacionales reportan que Irán también planea reanudar contactos con las delegaciones europeas en Estambul, lo que sugiere una ofensiva diplomática bien estructurada para evitar nuevos castigos económicos sin renunciar a su autonomía estratégica.
Con esta invitación, Irán demuestra estar dispuesto a mantener la cooperación técnica con los organismos internacionales, siempre y cuando se respete su derecho al desarrollo pacífico de la energía nuclear y su integridad nacional.
Esta jugada puede representar una válvula de escape a la creciente presión occidental, a la vez que refuerza imagen como actor racional, soberano y cooperativo en el escenario internacional.
