La Comisión Europea (CE) advirtió que este verano el continente batirá el récord de retrasos y cancelaciones aéreas debido a una combinación de factores: la demanda sin precedentes tras la pandemia de Covid-19, la creciente escasez de controladores aéreos, las huelgas laborales y los impactos del cambio climático.
El director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, dijo “será peor que el verano pasado, sobre todo los fines de semana. Europa necesita arreglar un sistema de control del tráfico aéreo que está roto, y por el que pagamos tarifas desorbitadas”.
El sistema de control del tráfico aéreo europeo opera al límite, con unos 37.000 vuelos diarios, el máximo que puede asumir con la plantilla actual, afectando principalmente a Francia, Alemania, Grecia y España.
En Francia, las recientes huelgas de los controladores aéreos por falta de personal y equipamiento obsoleto provocaron interrumpieron 4.000 vuelos en dos días, con pérdidas de 100 euros por minuto.
En el país galo, los incendios forestales obligaron a cerrar temporalmente el aeropuerto de Marsella, y en Grecia las altas temperaturas forzaron el cierre de monumentos turísticos como la Acrópolis; mientras las autoridades del bloque temen que este tipo de fenómenos extremos (olas de calor, tormentas, incendios) se vuelvan más frecuentes y peligrosos para la aviación.