El presidente de Colombia, Gustavo Petro, al igual que el canciller de Venezuela, Yván Gil, lanzaron alertas este martes sobre los intentos de Estados Unidos de desestabilizar la región y provocar un conflicto a gran escala en América Latina.
En Caracas, Gil denunció ante el cuerpo diplomático acreditado que Washington «quiere convertir a América Latina en un territorio de guerra permanente» y acusó a la “clase dirigente” estadounidense de haber «perdido todo el juicio». Según el ministro, el odio hacia los procesos revolucionarios lleva a EE.UU. a «cometer todo tipo de locuras».
El canciller reveló que las autoridades venezolanas frustraron un plan para colocar seis cargas de dinamita, de tres kilos cada una, en la recién inaugurada Plaza de la Victoria de la Gran Guerra Patria, en el corazón de Caracas, con el objetivo de “explotar a un pesado del gobierno” y generar caos.

«Vean la simbología. Son grupos fascistas que pretenden atacar los símbolos del antifascismo y generar muertes y caos», afirmó, al tiempo que pidió a la comunidad internacional repudiar estos hechos.
Gil vinculó el ataque frustrado a sectores de la oposición venezolana con respaldo de EE.UU., asegurando que el objetivo final es provocar “una desestabilización completa en América Latina” e impedir la consolidación de un “nuevo orden mundial”.

Petro denuncia amenaza como en Gaza
Por su parte, desde Bogotá, Petro convocó a una reunión urgente de ministros y cancilleres latinoamericanos para coordinar una respuesta regional. «Nos han amenazado, porque quieren agredir, como en Gaza, la patria de [Simón] Bolívar», declaró durante un acto militar, advirtiendo que cualquier operación militar contra Venezuela sin aprobación regional “es una agresión contra Latinoamérica y el Caribe”.
El mandatario colombiano llamó a no “acudir a voces extranjeras” que inciten a los pueblos de la región a enfrentarse entre sí, recordando que “los diversos regímenes que tienen los gobiernos pasajeros de Latinoamérica no pueden ser excusa para impedir que jóvenes latinoamericanos se maten entre sí”.
Advirtió que un ataque contra Venezuela sería considerado una agresión regional. «Cualquier operación militar sin la aprobación de los países hermanos es una agresión contra Latinoamérica y el Caribe», escribió en su cuenta de X. La advertencia surge en un contexto donde Washington ofrece 50 millones de dólares por la captura del presidente Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar un cártel de drogas.
Tanto Gil como Petro coincidieron en que la unidad latinoamericana es clave para frenar lo que describen como una escalada intervencionista, que podría tener consecuencias irreversibles para varias generaciones en la región.