Un equipo de científicos de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, liderado por el doctor Ling Qin, ha identificado un tipo de células madre originadas en el músculo esquelético que podrían transformar radicalmente el tratamiento de fracturas graves. Estas células, denominadas Prg4+ de tipo progenitor fibro-adipogénico (FAP), tienen la capacidad única de migrar al sitio de la lesión ósea y convertirse en células óseas, contribuyendo significativamente a la reparación y restauración del hueso dañado, señaló RT.
Las fracturas complejas, aquellas que implican daños severos en el hueso y tejidos adyacentes, suelen enfrentar dificultades en su proceso de curación debido a la pérdida extensa de tejido. En modelos experimentales con ratones, el equipo de Qin demostró que estas células musculares progenitoras no solo migran hacia el callo de fractura —la estructura que guía la regeneración ósea— sino que también se diferencian en todas las células necesarias para restaurar la superficie ósea.
Este hallazgo, publicado recientemente en la revista PNAS, abre un nuevo camino hacia terapias que podrían estimular estas células in situ o introducirlas activamente en el área afectada para acelerar la cicatrización.
El descubrimiento resalta la importancia de la interacción entre tejido muscular y óseo durante la recuperación de fracturas, sugiriendo que fortalecer o mantener la salud muscular podría ser crucial para la reparación ósea efectiva.
Jaime Ahn, coautor del estudio, enfatiza que este enfoque no solo beneficiaría casos severos como lesiones provocadas por accidentes o situaciones de guerra, sino también fracturas comunes, especialmente en articulaciones con poca masa muscular como la rodilla y el tobillo.
Además, la investigación podría transformar los tratamientos para personas mayores, quienes enfrentan una disminución natural de masa muscular y una capacidad de cicatrización reducida.