La aerolínea insignia de Trinidad y Tobago, Caribbean Airlines (CAL) suspendió sus vuelos a Venezuela en una nueva acción hostil contra la nación bolivariana.
“Caribbean Airlines informa que, con efecto inmediato, los vuelos entre Trinidad y Caracas (Venezuela) quedarán suspendidos durante el mes de septiembre de 2025” anunció la aerolínea en un comunicado. Para el mes de septiembre, CAL había programado ocho vuelos entre Trinidad y Caracas para los días 6, 13, 20 y 27 de septiembre.
Este anuncio se da en el contexto del despliegue estadounidense de naves militares y submarinos nucleares en aguas del Caribe, bajo el pretexto de supuestamente combatir el narcotráfico en la región. El 3 de septiembre el presidente de Estados Unidos Donald Trump, anunció que su ejército había estallado una supuesta embarcación con 11 tripulantes que cargaba tres mil kilogramos de droga. El mandatario presentó evidencia gráfica del pretendido suceso, altamente cuestionado por violar los protocolos de detención en aguas internacionales.
“Los casos de disturbios y revueltas, entre otros, siempre nos han llevado a tomar esa precaución. Diría que, para nosotros, incluso en este momento, desviaremos a las personas de Venezuela o Margarita” afirma a la prensa local la directora general de Amrals Travel Laura Baldeosingh, una empresa agente de viajes.
Trinidad y Tobago plegada a Estados Unidos contra Venezuela
Estos argumentos siguen la línea planteada por el gobierno de la actual primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persaud – Bisessar, quien se ha plegado a la hostilidad de Estados Unidos hacia Venezuela.
Luego del anuncio de la explosión de la supuesta nave venezolana, la jefa de estado emitió un mensaje de elogio al supuesto ataque diciendo “mátenlos a todos violentamente” en franco desconocimiento de la legislación internacional y alentando la violencia regional.
Persaud-Bissessar por demás, ha escalado sus argumentos contra Venezuela. Luego de tomar posesión, declaró “muerto” el tratado gasífero Dragón con la nación suramericana e hizo explícito su deseo de establecer un acuerdo de ese tipo con Guyana. En junio Persaud-Bissessar alertó con que usaría fuerza letal contra naves venezolanas que se acercaran a sus costas y recientemente ofreció su territorio nacional como base militar norteamericana en caso de una invasión a Venezuela, justo luego de firmar con ExxonMobil un Acuerdo de Reparto de la Producción para la explotación gasífera y petrolera.
No obstante, la primera ministra ha encontrado oposición a esta hostilidad contra Venezuela entre figuras políticas del país. La líder de oposición Penny Beckles recientemente la llamó a la mesura en sus palabras y a no alentar la violencia.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores y Asuntos de Caricom, Sean Sobers, ha insistido recientemente en que no hay tensión entre Venezuela y este país. “Tenemos buenas relaciones con Venezuela y las mantendremos… No hay tensiones” afirma el oficial trinitobaguense quien además mantiene el diálogo con el embajador venezolano en su nación, Álvaro Sánchez Cordero.
«Por lo tanto, mantenemos muy buenas relaciones y seguiremos manteniéndolas. Al fin y al cabo, nuestra postura sigue siendo la misma, los estadounidenses lo han dejado claro: su intervención en la región tiene como objetivo combatir la delincuencia transnacional, que ha afectado de manera desproporcionada a Trinidad y Tobago y a algunos otros países” dijo Sobers.
Otras voces desestiman estas excusas. El miembro fundador de la principal fuerza opositora Movimiento Nacional Popular, Ferdy Ferreira, cuestionó las supuestas razones del despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe.
“No se enviaron siete buques de guerra para capturar al mayor narcotraficante del mundo, Pablo Escobar. Pero se envían siete buques de guerra al Caribe con el pretexto de que se va a perseguir a los narcotraficantes. ¿Necesitan siete acorazados para interceptar un barco con 11 personas que suponen que son narcotraficantes? Esto no puede ser más que una estupidez irremediable” afirmó.