Francia amaneció este miércoles en medio de un estallido social marcado por las protestas convocadas bajo el lema “Bloqueemos todo”, que buscan paralizar el país tras la dimisión del primer ministro François Bayrou y el nombramiento de Sébastien Lecornu como su sucesor.
La movilización, impulsada por una coalición informal de izquierda, ha derivado en enfrentamientos, bloqueos y decenas de detenciones, profundizando la crisis política que atraviesa el presidente Emmanuel Macron.
El Gobierno desplegó 80.000 agentes de policía ante la posibilidad de que hasta 100.000 personas participaran en la jornada de manifestaciones. Según el ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, las autoridades llevaron a cabo en las primeras horas del día cerca de cincuenta “acciones de desbloqueo” en distintos puntos del país, lo que resultó en “alrededor de 200 arrestos”, incluyendo 132 en la región parisina.
Calles bloqueadas y disturbios en varias ciudades

En Marsella, los manifestantes levantaron barricadas con contenedores de basura mientras coreaban “necesitamos dinero”. En Rennes, un autobús fue incendiado bajo el puente de la Puerta del Alma después de quedar atrapado frente a una barricada en llamas. La Policía Nacional informó que el fuego “debilitó potencialmente la infraestructura”, aunque no se registraron heridos ya que el vehículo estaba vacío.
En Clermont-Ferrand, la rotonda de Brézet fue bloqueada exitosamente por los manifestantes, mientras que en París se reportaron choques en el instituto Hélène-Boucher, donde estudiantes se enfrentaron con las fuerzas antidisturbios. Videos difundidos en redes sociales muestran a agentes golpeando a manifestantes en la zona de Porte de la Chapelle.
La tensión también llegó al sector privado. En Lille, grupos de manifestantes bloquearon desde la madrugada una sede de Amazon en Lauwin-Planque, lo que provocó la intervención policial.
Gobierno denuncia infiltración de la extrema izquierda
El ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, denunció que la jornada ha sido “secuestrada por el movimiento de extrema izquierda”, el cual estaría “apoyado por Francia Insumisa”. Según el funcionario, en las protestas participan “grupos experimentados y móviles, a menudo enmascarados, encapuchados y vestidos de negro”, a quienes describió como “el ADN de los movimientos de extrema izquierda”.
Macron, en el centro de la tormenta de Francia

La ola de manifestaciones se produce en un momento de debilidad política para Emmanuel Macron, cuya gestión enfrenta un creciente rechazo. Tras la dimisión de Bayrou, el presidente nombró a Sébastien Lecornu como primer ministro, en un intento por recuperar el control político. Sin embargo, los cambios no han logrado contener el malestar social ni las críticas internacionales.
El presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, aseguró que “Macron intentará aferrarse al poder por todos los medios”, agregando que “Francia está cansada de los ocho años de vergüenza de su presidente Macron. El problema es él mismo”.
Escenario incierto

Con la economía debilitada y un clima de polarización creciente, Francia se adentra en un nuevo ciclo de inestabilidad política y social. La consigna “Bloqueemos todo” resume el ánimo de los manifestantes que buscan no solo rechazar los recortes propuestos por el Ejecutivo, sino también exigir la salida del propio Macron.
Por ahora, el país se encuentra en un punto muerto: el Gobierno apuesta por la represión para contener el movimiento, mientras la calle mantiene la presión con bloqueos, incendios y parálisis en sectores estratégicos.