Irene Montero, eurodiputada del partido político Podemos, protagonizó un discurso enérgico y provocador ante la Asamblea General de la Unión Europea en el que cuestionó duramente la postura europea y la complicidad con las políticas del Estado de Israel respecto a Palestina. Su alocución fue abruptamente interrumpida cuando le apagaron el micrófono debido al tono crítico y las denuncias explícitas que hacía contra la presidenta de la Comisión Europea y las alianzas políticas que considera responsables de la crisis actual.
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Denuncia de un genocidio y la complicidad europea
Montero inició su intervención preguntando: “¿Está usted dispuesta a la guerra por la libertad de Europa? ¿A empuñar las armas que están comprando?” Relató la violencia contra los niños palestinos comparándola con una amenaza inminente para otros pueblos, alertando sobre una escalada peligrosa y una Europa sometida a intereses de Estados Unidos, a quien calificó de principal socio de un “Estado terrorista”.
El centro de su discurso fue la acusación contundente de que Europa ha arrodillado su soberanía ante la influencia estadounidense, reflejada en decisiones políticas tomadas en espacios privados, como un “campo de golf” presidencial, alejados de la opinión pública y los dictámenes éticos. Criticó el doble rasero europeo que ha llevado a sancionar fuertemente a Rusia mientras mantiene un apoyo tácito a Israel en su ofensiva militar contra Gaza, donde miles de civiles han perdido la vida.

Defensa de la Flotilla Humanitaria y responsabilidad política
Montero defendió la misión de la flotilla Global Sumud, que lleva ayuda humanitaria vital a Gaza, denunciando que barcos europeos civiles han sido atacados con drones, y cuestionó a la presidenta de la Comisión Europea sobre a quién protege en realidad, si a los barcos que intentan aliviar el sufrimiento o al Estado que perpetra el bloqueo y la violencia.
Advirtió que la complicidad con un genocidio debe ser considerada un crimen internacional y reclamó responsabilidades legales y políticas a los Estados que colaboran, directa o indirectamente, con la devastación en Palestina. Subrayó que la colaboración con el genocidio no puede quedar impune y que los pueblos europeos deben exigir a sus gobiernos una posición clara y ética frente a esta tragedia.

Irene Montero recordó además la histórica calificación de Israel por la UE como potencia ocupante y destacó las numerosas violaciones sistemáticas de derechos humanos en Gaza y Cisjordania, incluyendo la reciente escalada del conflicto que ha sido catalogada por ella y otras organizaciones internacionales como un auténtico genocidio.
La eurodiputada expresó la necesidad urgente de un alto el fuego permanente que permita la entrada libre de alimentos, medicinas y personal sanitario, pues el bloqueo impuesto por Israel está condenando a una muerte lenta por hambre y enfermedades a la población civil. Enfatizó que el objetivo fundamental debe ser detener la violencia y la ocupación ilegal, y que la comunidad internacional debe actuar con firmeza y justicia.
Montero no dudó en calificar de “hipócrita” que Europa aplicara sanciones decisivas contra Rusia mientras mantiene relaciones y apoyo político y militar con Israel, que para ella es responsable de un genocidio en marcha. Urgió a que se apliquen las mismas herramientas diplomáticas, económicas y legales para detener este conflicto y responsabilizó a las élites políticas europeas de mirar hacia otro lado o respaldar tácitamente esta situación.
Discurso Censurado
El apasionado discurso de Irene Montero fue abruptamente silenciado cuando le apagaron el micrófono, un gesto que muchos interpretaron como un intento de censura para evitar la propagación de una mirada incómoda y crítica dentro de las discusiones internacionales.
Este acto generó reacciones encontradas: apoyo de colectivos sociales y activistas que ven en sus palabras la valentía necesaria para denunciar injusticias graves, y críticas de quienes consideran que su intervención fue demasiado agresiva o inadecuada para el contexto diplomático.
Tras la interrupción, Montero ha recibido muestras de apoyo tanto a nivel nacional como internacional, destacando la importancia de seguir presionando para visibilizar el sufrimiento de los palestinos y exigir un cambio en la política europea y global. Su discurso ha servido para reavivar el debate sobre la postura de la Unión Europea respecto al conflicto, la complicidad con Estados Unidos, y la necesidad de proteger los derechos humanos por encima de los intereses geopolíticos.