La decisión de México de elevar del 20 % al 50 % los aranceles a los automóviles provenientes de China y otros países asiáticos ha provocado una fuerte reacción en Beijín, que calificó la decisión como proteccionista y advirtió posibles contramedidas.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, afirmó que su país «siempre ha defendido una globalización económica inclusiva y mutuamente beneficiosa». En ese sentido, subrayó que “China se opone a toda forma de unilateralismo, proteccionismo y medidas discriminatorias o excluyentes, y se opone firmemente a cualquier restricción impuesta a China bajo coerción de terceros que perjudique sus legítimos derechos e intereses”.

El funcionario añadió que China “protegerá resueltamente sus derechos e intereses según la situación actual”, sin precisar qué acciones tomará.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino pidió a México “pensar dos veces antes de actuar” y remarcó: “China tomará las medidas necesarias, con base en las circunstancias reales, para salvaguardar resueltamente sus derechos e intereses legítimos”.
La advertencia llega después de que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunciara el incremento de aranceles como parte del llamado Plan México, un proyecto que busca proteger a la industria nacional y generar ingresos adicionales en medio de la guerra comercial global iniciada por Estados Unidos bajo la administración Trump.
México dice que no quiere problemas con China

La presidenta Claudia Sheinbaum negó que el alza tarifaria tenga como objetivo favorecer las negociaciones con Washington. “No tiene ese objetivo. Recuerden que el Plan México yo lo presenté antes de que incluso supiéramos que el presidente Trump iba a ganar. No está pensado en función de las negociaciones con Estados Unidos sino de un proyecto nacional”, aseguró.
En ese mismo tono, Sheinbaum aclaró que no busca choques diplomáticos: “No queremos ningún conflicto con ningún país, se está hablando con el embajador de China en México, con Corea del Sur.
Les estamos explicando que es una medida que tiene que ver con el fortalecimiento de nuestra economía y del Plan México, pero lo que queremos es hablar sin necesidad de generar algún conflicto”.
La mandataria también garantizó que se hizo un análisis del impacto inflacionario de la medida y sostuvo que la decisión cumple con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Beijín, en cambio, advierte que la medida mexicana podría dañar la confianza empresarial y las inversiones. “Una vez implementadas, estas medidas no solo perjudicarán los intereses de los socios comerciales relevantes, incluida China, sino que también afectarán gravemente la certidumbre del entorno empresarial mexicano y socavarán la confianza de las empresas en invertir en el país”, alertó un vocero.
China y México mantienen una relación estratégica en el comercio bilateral, y el pulso arancelario podría convertirse en un nuevo frente de tensión en la dinámica comercial global marcada por la presión de Washington.