Redada masiva y detención de trabajadores surcoreanos
Corea del Sur lanzó una fuerte advertencia a Estados Unidos tras una redada migratoria realizada por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en una planta conjunta de baterías de Hyundai Motor y LG Energy Solution ubicada en el estado de Georgia. Más de 300 trabajadores surcoreanos fueron detenidos en este operativo que generó conmoción tanto en Seúl como en el sector empresarial surcoreano, dada la magnitud de las detenciones y las imágenes difundidas donde los empleados aparecen esposados. La acción forma parte de una intensificación en los controles migratorios en EE. UU., bajo la administración actual, que ha endurecido las políticas migratorias y aumentado las redadas incluso en grandes empresas.

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Reacción oficial en Corea del Sur y sus implicaciones
El presidente surcoreano Lee Jae-myung manifestó que esta redada podría desalentar a las empresas de su país a realizar inversiones directas en Estados Unidos. En una rueda de prensa, el mandatario expresó su preocupación por el trato desfavorable hacia trabajadores surcoreanos, advirtiendo que podría complicar la posibilidad de establecer fábricas o centros de trabajo en territorio estadounidense. En respuesta, Corea del Sur dialoga con Washington para mejorar las regulaciones de visas, impulsando potencialmente nuevas categorías que faciliten el traslado de trabajadores relacionados con inversiones.
Esta situación ocurre en un contexto en el que ambas naciones habían reafirmado su alianza con acuerdos comerciales y compromisos significativos. En enero de este año, se pactó un fondo de 350.000 millones de dólares para apoyar la expansión de empresas surcoreanas en EE. UU., con promesas de inversión que suman 150.000 millones de dólares. Sin embargo, las recientes redadas han generado cautela y cierta inseguridad entre los inversores surcoreanos.

Impacto económico y posibles retrasos tecnológicos
Las tensiones provocaron decisiones inmediatas en el sector empresarial. LG Energy decidió posponer el inicio de la producción en la planta de baterías para vehículos eléctricos en Georgia, retrasando la puesta en marcha hasta el primer semestre de 2026, cuando inicialmente se esperaba comenzar a finales de 2025. Hyundai Motor, por su parte, ha restringido los viajes de su personal hacia Estados Unidos, buscando minimizar riesgos.
Estos movimientos afrontan riesgos de afectación en la cadena de producción y suministro de baterías para vehículos eléctricos, área en la que Corea del Sur y EE. UU. esperan un crecimiento significativo. Según declaraciones oficiales, aunque es pronto para determinar el impacto total, la situación ha provocado ya reacciones en los mercados, con ligeras caídas en las acciones de Hyundai y preocupaciones sobre la rentabilidad de futuras inversiones.
Acuerdo para la liberación y repatriación de los detenidos
En medio de la escalada diplomática, Corea del Sur y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para liberar y repatriar a los trabajadores surcoreanos detenidos. Según el acuerdo, se aceptó que desde el momento de la salida de los detenidos no se utilizarán métodos de traslado que impliquen esposas o trato que pueda ser percibido como humillante, respondiendo a la indignación pública en Corea.
El gobierno surcoreano organizó un vuelo chárter para traer a sus ciudadanos de regreso a casa, enfatizando la importancia de proteger a sus trabajadores ante situaciones que han sido descritas como una “conmoción” para la sociedad surcoreana. Este episodio ha sido también un llamado a revisar y mejorar las políticas migratorias estadounidenses para evitar afectaciones a las relaciones bilaterales.
Contexto político y social con EE. UU.
Las redadas migratorias en Estados Unidos han aumentado sustancialmente tras la llegada al poder de la actual administración. En los primeros meses de 2025, las deportaciones alcanzaron niveles históricos, con casi 1.500 personas deportadas al día. Esta política estricta contrasta con el bajo número de cruces fronterizos, lo que indica que la mayoría de los detenidos ya se encontraban residiendo legalmente o de manera estable en el país.
El caso de la planta de Hyundai ha puesto en relieve los desafíos para las empresas extranjeras que dependen de trabajadores con visas o estatus migratorio limitado. Se plantea la necesidad urgente de mejorar las cuotas de visado y la creación de nuevas categorías que permitan operaciones comerciales fluidas y seguras.

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Preocupaciones empresariales y futuras inversiones
Líderes empresariales surcoreanos han elevado un llamado al gobierno de su país para asegurar un mejor acceso a visas y evitar que episodios como esta redada afecten la confianza de los inversores. La Cámara de Comercio de Corea ha exhortado a las autoridades a negociar con EE. UU. para establecer condiciones claras y justas que permitan sostenibilidad en las operaciones.
El anuncio de retraso en la producción de la planta de LG Energy y la imposición de restricciones de viaje por parte de Hyundai reflejan un sector empresarial en alerta máxima. Este episodio pone en riesgo el ritmo de desarrollo en el sector de vehículos eléctricos, clave en la estrategia de ambos países para el futuro económico y ambiental.