Los países de la Alianza de Estados del Sahel (AES) evalúan la posibilidad de denunciar a Francia y a Ucrania ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por presunto apoyo al terrorismo, tema que fue discutido en la plenaria con los ministros de justicia de Burkina Faso, Mali y Níger, que se celebró el 15 de septiembre en la ciudad e Niamey.
Las naciones que conforman el AES ya han denunciado ante al Consejo de Seguridad de la ONU a Ucrania por apoyar grupos rebeldes en la región del Sahel, en cooperación con Francia, pero Kiev lo niega y no asume su responsabilidad injerencista contra las tres naciones que conforman la Alianza de Estados del Sahel.
Según medios africanos, a finales de mayo, la directora del departamento de cooperación con África del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Tatyana Dovgalenko, afirmó que Ucrania estaba preparando combatientes en países del Sahel.
También los estados miembros del (AES), bajo la representación de sus ministros de justicia, analizaron y denunciaron que diversos medios occidentales, específicamente de procedencia francesa como RFI, France24 y TV5Monde, publican materiales que justifican actividades terroristas en la región del Sahel.

A esta línea contra medios de comunicación franceses se sumó el ministro del Interior y descentralización de Níger, Mohamed Toumba, al señalar que “También quiere agradecerles a los tribunales nacionales por presentar cargos contra France 24, RFI y TV5Monde, medios de comunicación cuya línea editorial también incluye una apología del terrorismo”.
Las dos medidas se basan en propuestas que surgieron de una hoja de ruta aprobadas en mayo del 2025 en una reunión anterior que se celebró en Bamako, capital de Mali, donde los ministros sugirieron crear un Tribunal Penal del Sahel y de un Tribunal de Derechos Humanos del Sahel, junto a una cárcel de alta seguridad para manejar casos de terrorismo, con el fin de reducir la dependencia de las instituciones y tribunales internacionales.
El gobernador de Niamey, Asoumana Abdou Harouna, criticó a la Corte Penal Internacional, afirmando que había sido utilizada por naciones poderosas para socavar la soberanía africana, al señalar que “la Corte es lo que las naciones poderosas, cuyo deporte favorito es reprimir la libertad de expresión en sus antiguas colonias, deseen que sea”.