Canadá y Australia se han unido al Reino Unido al reconocer formalmente el Estado palestino, mientras Israel planea expandir los asentamientos en la Cisjordania ocupada e intensifica su guerra genocida contra la Franja de Gaza, que deja más de 65.200 asesinados.

En un comunicado, el primer ministro canadiense, Mark Carney, anunció el reconocimiento del Estado de Palestina y ofrece la “asociación para construir la promesa de un futuro pacífico tanto para el Estado de Palestina como para el Estado de Israel (la solución de dos Estados)”.
Aunque Carney denunció que el sionismo israelí estaba trabajando “metódicamente para impedir que alguna vez se estableciera un Estado palestino”, cargó contra el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina, Hamás, “Reconocer el Estado de Palestina, liderado por la Autoridad Palestina, empodera a quienes buscan la coexistencia pacífica y el fin de Hamás. Esto no legitima en absoluto el terrorismo ni lo recompensa”, afirmó.

Al mismo tiempo, Australia anunció que también reconocería el Estado palestino. En una declaración conjunta, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y la ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong, han afirmado que “al hacerlo, Australia reconoce las aspiraciones legítimas y de larga data del pueblo de Palestina a tener su propio Estado”. Pero, en el anuncio, han reiterado que Hamás no debe tener “ningún papel en Palestina”.
Las declaraciones de Ottawa y Canberra se suman a Londres, pues el Reino Unido también reconoce desde este mismo domingo al Estado palestino, 108 años después de la Declaración Balfour, que respaldaba “el establecimiento de un hogar nacional para los judíos” y 77 años después de la creación de Israel en el mandato británico de Palestina.

El primer ministro británico Keir Starmer ha esbozado una hoja de ruta que conduciría, a través de un alto el fuego y la liberación de cautivos, a un eventual proceso de paz y a una solución de dos Estados. El reconocimiento, ha asegurado Starmer, representa un momento histórico y extraordinario para el Reino Unido.
Pero tampoco ha faltado la carga contra Hamás, pues, aunque no dio detalles de cómo sería la hoja de ruta para la supuesta solución, fue claro en que “Hamás no va a ser parte de la solución”. Y amenazó con más sanciones contra la resistencia.
En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, amenazó con responder a los tres países con una petición de “lucha” contra la medida y la calificó como un “peligro para la existencia de Tel Aviv”. En la ONU, ha dicho, presentará la supuesta verdad de Israel y de la “lucha contra las fuerzas del mal y nuestra visión de una paz verdadera”. La paz mediante la fuerza, la denomina el sionismo para así argumentar el exterminio de palestinos.
Previamente, el líder del partido azul y blanco de Israel, y exministro de Defensa, Benny Gantz instó a los líderes occidentales a ejercer “la máxima presión” sobre Hamás para que renuncie al poder en el enclave y entregue a los casi 50 rehenes de la ocupación, de los que se estima que al menos 20 sigan con vida pues, según el movimiento islámico, el resto habrían sido víctimas de los ataques de las tropas israelíes.
El reconocimiento de Palestina por parte de Canadá, Australia y el Reino Unido se produce en coordinación antes de la reunión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas de esta semana. Portugal también planearía anunciar su reconocimiento al Estado palestino hoy mismo.

El Gobierno francés haría lo propio, pero en la Asamblea General del órgano multilateral, mientras crece el rechazo mundial al genocidio por la hambruna desatada en la franja y el recrudecimiento de las incursiones terrestres en el norte, que dejan cerca de un millón de desplazados y empeora, la ya de por sí, crisis humanitaria sin precedentes.
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