El pasado fin de semana, activistas defensores de los derechos humanos en Haití y familiares de las víctimas, denunciaron que seis personas resultaron heridas y ocho niños fueron asesinados a causa de drones explosivos, en Cité Soleil, barrio controlado por la pandilla Viv Ansanm, en Puerto Príncipe.
Michelin Florville, un residente de la zona, dijo que la explosión mató a dos de sus nietos, de tres y siete años, “Yo estaba detrás de la casa. Oí una explosión. Me detuve un rato para venir a ver y, al llegar, vi los cuerpos en el suelo”.
También, Claudia Bobrun, residente de la zona, con lágrimas en su rostro denuncio ante medios occidentales un video de su hija de 8 años tendida en un charco de sangre, tras ser impactada en el ataque.

Según medios locales, se presume que los drones fueron operados por la policía y tenían como objetivo destruir al líder de la pandilla Viv Ansanm, Albert Steevenson, apodado Djouma, quien estaba organizado una fiesta en la comunidad por su cumpleaños.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití informó que Steevenson se encontraba entregando regalos a los niños en Cité Soleil cuando ocurrió el ataque.
Jimmy Chérizier, uno de los líderes de Viv Ansanm, mejor conocido como Barbecue, ha prometido vengar las muertes de los niños.
El director del Observatorio de Haití de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, Romain Le Cour, señaló que el ataque plantea “cuestiones urgentes de rendición de cuentas” y denunció quién asumiría la responsabilidad del ataque.
Haití se encuentra con alto niveles de inseguridad y un clima de violencia entre las pandillas locales y las fuerzas policiales apoyadas por oficiales extranjeros de Kenia, quienes lideran una misión de la ONU. Además, se espera que en los próximos meses la empresa Vectus Global del mercenario y ex SEAL estadounidense, Erik Prince, efectué un despliegue con más de 200 mercenarios para controlar la violencia en Haití por un año.