El expresidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, respondió con sarcasmo a las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la guerra en Ucrania.
El líder estadounidense aseguró que Kiev podría recuperar todo su territorio original con el respaldo de la Unión Europea y la OTAN, algo que en Moscú fue interpretado como un cambio repentino de postura.
Pulso Medvédev vs Trump
«Algo está pasando en Nueva York. El payaso banderista tiene cocaína y temblores, el polaco tiene ‘snus‘ en la boca. Y Trump ha vuelto a entrar en una realidad alternativa y ha desatado una serie de conjuros políticos sobre el tema de: ‘Qué débil es Rusia'», escribió Medvédev en sus redes sociales.

El expresidente ruso ironizó diciendo que, según esa visión, “Kiev gana, Rusia está en ruinas y la economía de la Ucrania banderista crece con seguridad gracias a sus propios recursos”. En tono mordaz añadió: «Probablemente, en un par de días, le ofrecerá al pianista verde [Zelenski] una capitulación. O volar a Marte con Musk, a quien ha perdonado».
Medvédev concluyó su mensaje burlándose de la dinámica política estadounidense: «Lo principal es cambiar radicalmente de perspectiva sobre diversos temas con más frecuencia. Y todo irá bien. Esta es la esencia de una administración pública exitosa a través de las redes sociales».
Trump, por su parte, había afirmado en Truth Social que “Ucrania, con el apoyo de la Unión Europea, está en condiciones de luchar y de recuperar todo el territorio ucraniano en su forma original”. Además, señaló que Rusia, tras más de tres años de conflicto, “parece un tigre de papel”.
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov rechazó las afirmaciones de Trump y matizó que “Rusia no es un tigre: Rusia está asociada a un oso. No hay osos de papel”. Explicó además que el giro en el discurso del mandatario estadounidense pudo deberse a su encuentro con el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, durante la Asamblea General de la ONU.

El contraste entre las declaraciones de Trump y las respuestas rusas reflejan el pulso narrativo que acompaña a la guerra en Ucrania, en el que los discursos se convierten en armas políticas tanto en Washington como en Moscú.