Este viernes 26 de septiembre, el canciller de Venezuela, Yván Gil, pronunció un contundente discurso en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde denunció las continuas agresiones recibidas por la nación bolivariana durante los últimos años. En su intervención, el funcionario agradeció el respaldo de países, especialmente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se mantienen firmes en contra de las acciones desestabilizadoras contra Venezuela.
El canciller enfatizó la vocación bolivariana de paz y autodeterminación del país, subrayando el compromiso venezolano con la defensa de su soberanía y la paz en el Caribe y toda Sudamérica, fundamentado en la Carta de la ONU. Gil recordó que tras la muerte del expresidente Hugo Chávez, el pueblo venezolano ratificó su proyecto histórico bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, enfrentando una década de agresiones que incluyen intentos de magnicidio, guerra económica con más de mil sanciones y ataques mercenarios.
Asimismo, condenó la amenaza militar dirigida contra Venezuela, calificándola como ilegal e inmoral, y agradeció la solidaridad mayoritaria mundial, destacando el apoyo de bloques como los BRICS, el Movimiento de Países No Alineados y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El canciller hizo un paralelo con la reciente agresión contra Irán, denunció la fabricación de falsedades para justificar la escalada bélica y alertó sobre la intención imperialista de despojar a Venezuela de sus riquezas naturales mediante un cambio de régimen.
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Yván Gil también señaló la decepción del pueblo estadounidense ante gobiernos que han prometido paz y progreso sin cumplir, y reafirmó la voluntad venezolana de luchar por un mundo justo, sin imperios ni colonialismos. Resaltó la contribución de Venezuela a los procesos de integración regional con iniciativas como Petrocaribe, ALBA-TCP, UNASUR y CELAC, y manifestó su apoyo a la causa palestina, la soberanía iraní y el fin del bloqueo a Cuba.
El discurso concluyó con un llamado a respetar el derecho internacional y a construir un futuro de igualdad y paz, en el espíritu de la independencia bolivariana y la humanización de la humanidad, rechazando las amenazas externas y afirmando que Venezuela jamás representará una amenaza para otras naciones.