El gobierno bolivariano de Venezuela continúa mostrando resultados en la lucha contra el narcotráfico, consolidándose como un actor clave en la región en materia de seguridad y combate a este flagelo. Paralelamente, la defensa de su soberanía en el mar Caribe se ha hecho evidente con la respuesta a las reiteradas aproximaciones del buque patrullero HNLMS Groningen (P843), perteneciente a la Marina Real Holandesa, a aguas venezolanas.
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Un compromiso sólido contra el narcotráfico
En declaraciones oficiales, el mandatario resaltó que Venezuela trabaja continuamente en la erradicación del narcotráfico a través de un sistema integral que incluye el fortalecimiento de la cooperación internacional, la modernización de sus fuerzas de seguridad y el despliegue de operaciones especiales en la frontera con Colombia, uno de los focos de mayor tránsito ilícito.
Las autoridades venezolanas han desarrollado una estrategia multidimensional que combina inteligencia, vigilancia aérea y marítima, así como la interdicción de cargamentos ilegales. A lo largo de 2025, se han efectuado numerosos decomisos significativos que demuestran la eficacia de estas acciones. Organismos estatales han destacado que sus esfuerzos permiten mantener la seguridad ciudadana y contribuir a la estabilidad regional en el Caribe.

La importancia del trabajo conjunto
Un ejemplo importante de la cooperación internacional en la lucha antidrogas fue la operación conjunta desarrollada recientemente entre Venezuela y los Países Bajos en el Caribe. Gracias a las coordinaciones diplomáticas y militares entre ambas naciones, se logró una intervención exitosa contra embarcaciones sospechosas en aguas cercanas, lo que permitió la incautación de sustancias ilícitas y la desarticulación de grupos dedicados al narcotráfico en la región.
Este operativo conjunto destaca cómo la diplomacia y la confianza mutua pueden ser herramientas efectivas para enfrentar problemas transnacionales. La experiencia demuestra que la colaboración entre países con diferentes sistemas políticos es posible y beneficiosa para la seguridad del hemisferio.
La defensa de la soberanía marítima ante la Marina Holandesa
En paralelo al combate al narcotráfico, Venezuela ha tenido que hacer frente en los últimos meses a situaciones que ponen en riesgo su integridad territorial. Se reportaron dos aproximaciones del buque patrullero HNLMS Groningen (P843) de la Marina Real Holandesa, que operó muy cerca del mar territorial venezolano, en zonas cercanas a Aruba, Bonaire y Curazao, islas que son dependencias del Reino de los Países Bajos en el Caribe.
Estos acercamientos fueron interpretados como actos de provocación o vigilancia no autorizada, lo que generó alertas en los mandos militares venezolanos.
La respuesta ha sido la reafirmación del derecho soberano a controlar y proteger su espacio marítimo, enviando unidades de la Armada Nacional Bolivariana para monitorear y disuadir cualquier intento de incursión no consentida.
Ambas partes mantuvieron canales diplomáticos abiertos para evitar incidentes mayores, mostrando que la disputa se mantiene dentro de los márgenes del diálogo pese a las tensiones.

El equilibrio entre la cooperación y la defensa nacional
Mientras Venezuela mantiene una política abierta a la colaboración internacional contra amenazas comunes como el narcotráfico, también demuestra claramente su voluntad de defender su soberanía ante situaciones que considera amenazantes. La coordinación con la Marina de Paises bajos en operaciones antidrogas evidenció que la cooperación binacional puede dar resultados positivos. Sin embargo, el despliegue cercano de buques holandeses sin autorización en aguas venezolanas es un recordatorio de los desafíos geopolíticos y estratégicos en esta región del Caribe.
Las autoridades venezolanas han recalcado que su defensa de la soberanía marítima es inequívoca y que continuará patrullando y ejerciendo control sobre sus espacios territoriales, siempre con respeto a la legalidad internacional.