El número de personas acusadas por de violar las leyes federales sobre drogas, cayó a su nivel más bajo en décadas durante el año, luego de que la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump ordenara a las agencias policiales enfocar su atención en la criminalización y persecusión de migrantes.
De acuerdo a Reuters, «En lo que va de año, se ha procesado a un 10% menos de personas por delitos relacionados con drogas en comparación con el mismo período de 2024″. Esto representa una disminución de unos 1.200 casos y la tasa más baja desde finales de 1990.
En lo que respecta a los casos de conspiración y lavado de dinero, puestos en marcha para perseguir a criminales de alto nivel, la caída es mucho más alarmante; situándose en un 24%.
La narrativa de Trump, ampliamente esgrimida en su despliegue militar en el Caribe contra supuestas mafias narcoterroristas, contradicen estos datos que desde su país gritan la verdad.
Por ejemplo, la misma agencia aseveró que un fiscal afirmó que una investigación sobre fentanilo que él mismo supervisaba estaba paralizada porque se había ordenado a los agentes que la dirigían centrarse en las deportaciones. Igualmente, otro funcionario indicó que las investigaciones sobre redes de narcotráfico se han retrasado.
Este impacto, también se ha hecho sentir más allá de las drogas: los procesos por violar las leyes que prohíben a los criminales y a otros poseer armas o usarlas durante delitos referentes a drogas cayeron alrededor de un 5% este año.
Es probable que la disminución en los casos de armas aumente, ya que las investigaciones abiertas ahora podrían no llegar a los tribunales hasta dentro de un año o más. Por primera vez en décadas, casi la mitad de las personas acusadas de delitos federales este año lo fueron de violaciones migratorias, según los expedientes judiciales.