Una fuerte ola de críticas internacionales se desató este miércoles tras la interceptación de la Flotilla Global Sumud, que navegaba rumbo a Gaza con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria. Videos difundidos en redes sociales muestran cómo barcos de la marina israelí atacaron a los activistas a bordo con potentes cañones de agua, en un operativo que no dejó heridos pero que fue calificado como un “ataque ilegal contra barcos desarmados”.
En imágenes compartidas por la propia flotilla se observa cómo las embarcaciones humanitarias fueron hostigadas en aguas próximas a Gaza. “Estos ataques ilegales contra barcos humanitarios desarmados constituyen un crimen de guerra”, denunciaron los activistas de la misión a través de un comunicado en la red social X.
Desde Caracas, el Gobierno de Venezuela condenó lo ocurrido en los “términos más enérgicos” y acusó a Israel de protagonizar un “cobarde acto de piratería”.
El canciller Yván Gil, en un comunicado publicado en Telegram, sostuvo que “este abordaje militar en aguas internacionales expone, una vez más, la naturaleza criminal del régimen sionista, que ataca una misión civil y pacífica cuyo único propósito era llevar ayuda humanitaria a un pueblo palestino sometido al hambre y al exterminio”.
El texto agregó que “el bloqueo a la ayuda humanitaria es una herramienta de guerra deliberada, la continuación del genocidio por otros medios, buscando aniquilar por inanición a la población para complementar sus bombardeos indiscriminados”.
En Colombia, el presidente Gustavo Petro se pronunció de manera contundente tras confirmarse la detención de dos ciudadanas de su país, Manuela Bedoya y Luna Barreto, que viajaban en la flotilla.

“Si es cierta esta información, hay un nuevo crimen internacional de Netanyahu. Han sido detenidas en aguas internacionales dos ciudadanas colombianas que estaban en actividades de solidaridad humana con Palestina”, escribió el mandatario en su cuenta de X.
Petro ordenó además la salida inmediata de la delegación diplomática de Israel en Colombia y anunció la renuncia al tratado de libre comercio con el país. “El batallón Guardia Presidencial, de acuerdo a su función, ejercerá la seguridad de la Casa de Nariño”, añadió el jefe de Estado, en un gesto de cierre total de relaciones.
Los activistas, por su parte, denunciaron que Israel dañó de manera intencional sus equipos de comunicación, con el fin de impedir la transmisión en vivo del abordaje.
“La única y verdadera amenaza para la paz mundial es el sionismo, una ideología colonialista y de apartheid que viola sistemáticamente el derecho internacional y la decencia humana”, expresó el comunicado venezolano.

Aunque algunos barcos de la flotilla lograron continuar su travesía, el ataque contra el convoy humanitario volvió a poner en el centro del debate internacional el bloqueo impuesto por Israel a Gaza y la situación de millones de palestinos bajo asedio.
Organizaciones internacionales de derechos humanos han alertado que impedir el ingreso de alimentos, medicinas y suministros esenciales constituye una violación grave del derecho humanitario internacional. Para los activistas, la misión Global Sumud es un acto de resistencia civil que busca visibilizar lo que consideran una política de “aniquilación por hambre” contra la población palestina.

Con las denuncias de “piratería”, “crimen internacional” y “ataques ilegales” sumándose desde distintas capitales, el incidente amenaza con escalar aún más las tensiones diplomáticas en torno a la guerra en Gaza.