El presidente de Guyana Irfaan Ali anunció el jueves que tomaría medidas para vender su propio crudo y que, inicialmente, contrataría a personas con experiencia en el rubro hasta que la nación estuviera lista para hacerlo independientemente. Esto plantearía la explotación doméstica sin ExxonMobil.
El presidente hizo este anuncio en una reunión matutina de la Cámara de Comercio e Industria de Georgetown (GCCI) titulado “Perspectivas energéticas” afirmó que el sector privado nacional formaría parte del plan para entrar en el comercio del crudo.
“Trabajaré con los socios locales, del sector privado e internacionales para garantizar que desarrollemos nuestra capacidad y aptitud en el comercio de petróleo crudo. Debemos ser capaces de comercializar nuestro petróleo crudo de Guyana con la infraestructura, el capital humano y las habilidades de mercado necesarios” afirmó.
Actualmente toda la producción petrolera de la nación proviene del Bloque Stabroek, ubicado en aguas por delimitar con Venezuela. Las actividades extractivas corren a cuenta del gigante petrolero ExxonMobil desde 2019, cuando se inició la producción en el proyecto Liza.
“Nuestra misión para los próximos cinco años y más allá es demostrar que la riqueza petrolera y la sostenibilidad pueden ir de la mano, porque ¿de qué servirá una Guyana próspera en 2030 si es inhabitable en 2050?” dijo el mandatario.
La enfermedad del holandés
“La llamada enfermedad holandesa, la maldición de la corrupción, la creciente brecha entre ricos y pobres, son los peligros que debemos evitar. Por eso la transparencia, la rendición de cuentas y la gobernanza prudente son innegociables. Por eso existe el Fondo de Recursos Naturales para garantizar que esta bendición no se convierta en una carga,” afirmó.
La “enfermedad holandesa” es entendida como un fenómeno económico donde un auge en un sector de la economía, a menudo debido al descubrimiento de un recurso natural, conduce al declive de otros sectores.
El producto Interno Bruto de Guyana ha experimentado un crecimiento inusitado desde el descubrimiento de las reservas de 11,7 billones de barriles de crudo en aguas por delimitar. Este indicador era de aproximadamente 5,4 billones de dólares en 2020; 8,04 para 2021; 14,7 billones en 2022; cerca de los 16,9 billones para 2023 y cerca de 24,8 billones para 2024.
No obstante, el país aún no resuelve la situación precaria de otros sectores productivos, como la agricultura o la infraestructura de servicios. Actualmente, Guyana vive una falta de infraestructura lógica para la producción azucarera y la arrocera. Por otra parte, luego de anunciarse en 2020, el proyecto de Gas a Energía sigue incompleto, así como la prometida reparación de la hidroeléctrica Amaila.
¿Adiós a Exxon?
Desde la firma del Acuerdo de Reparto de la Producción (PSA) en 2016, el gobierno de Guyana ha otorgado a ExxonMobil siete licencias de explotación petrolera en el Bloque Stabroek. El PSA da a Exxon una ventaja financiera considerable, ya que disfruta del 85,5% de las ganancias bajo concepto de recuperación de gastos y dividendos netos, mientras el gobierno de Guyana recibe el 12,5% como ganancias y un 2% en regalías.
Por otra parte, el acuerdo establece que Exxon no está obligado a pagar impuestos al gobierno de Guyana, sin embargo, recibe un comprobante como tal, por pagos de regalías. Esto le permite evadir sus obligaciones fiscales en Estados Unidos.
Estas afirmaciones del presidente guyanés no son la única muestra de una posible separación de Exxon. Recientemente el ministro de recursos naturales, Vickram Bharrat, anunció el otorgamiento de nuevas licencias de explotación petrolera a otras compañías bajo otros estándares distintos de los del PSA con Exxon, reconociendo su desventaja.
No obstante estas intenciones manifiestas, Exxon puede realizar labores exploratorias hasta 2027 en el Bloque Stabroek, pero su presencia legal y explotación de los recursos puede durar décadas. Por demás, esta relación ha servido de base para la presencia militar y tracción política de Estados Unidos en la nación.