La crisis política en Francia alcanzó un nuevo punto crítico este lunes con la renuncia del primer ministro Sébastien Lecornu, apenas 27 días después de su nombramiento, convirtiéndose en el jefe de Gobierno con el mandato más breve en la historia de la Quinta República Francesa.
El Palacio del Elíseo confirmó en un comunicado que el presidente Emmanuel Macron aceptó la dimisión de Lecornu, quien había sido nombrado el pasado 9 de septiembre tras la caída de François Bayrou, destituido por perder una moción de confianza en la Asamblea Nacional. Lecornu, hasta entonces ministro de Defensa, era considerado un aliado de línea dura dentro del círculo presidencial.
Según el comunicado oficial, Lecornu presentó su renuncia luego de enfrentar “una ola de críticas tanto de la oposición como de sectores conservadores”, quienes rechazaron la composición de su nuevo gabinete, integrado mayoritariamente por exministros y colaboradores cercanos al presidente. “El Gobierno no puede construirse sobre la repetición del pasado”, declaró el diputado izquierdista Jean-Luc Mélenchon tras conocerse la noticia.

El ahora ex primer ministro tenía previsto pronunciar este martes su declaración de política general ante la Asamblea Nacional, donde se esperaba una dura sesión debido al creciente descontento político. Sin embargo, su dimisión frustró ese acto, dejando al Ejecutivo en un vacío de liderazgo que amenaza con paralizar al país en plena crisis institucional.
“Francia entra en un limbo político”, tituló el diario Le Monde, al subrayar que el país se encuentra sin presupuesto aprobado, sin mayoría parlamentaria y ahora sin primer ministro. De momento, el presidente Macron no ha designado a un sustituto, aunque fuentes del Elíseo citadas por Reuters apuntan a que el mandatario busca “una figura técnica y neutral” que permita estabilizar temporalmente el Gobierno.
La salida de Lecornu agrava el deterioro político del segundo mandato de Macron, quien desde las elecciones legislativas de 2024 perdió el control del Parlamento y gobierna con un Ejecutivo minoritario. Las decisiones presidenciales —incluida la disolución anticipada de la Asamblea el año pasado— solo profundizaron la fragmentación política, dejando al país dividido entre fuerzas de derecha, izquierda y populistas.
Mercados de Francia y toda Europa reaccionan

Las consecuencias económicas no se hicieron esperar. Los mercados europeos reaccionaron con fuerza tras la noticia: el índice parisino CAC 40 cayó un 2 %, el STOXX 600 retrocedió un 0,4 % y el euro se depreció un 0,7 %, situándose en 1,1665 dólares, según Reuters. Los bancos franceses lideraron las pérdidas, con descensos de entre 4 % y 5 % en BNP Paribas, Société Générale y Crédit Agricole.
“El derrumbe político en Francia genera una onda expansiva en la eurozona”, advirtió un informe del banco alemán Commerzbank. Analistas señalan que el país enfrenta una combinación peligrosa de bloqueo político y desconfianza financiera, con riesgo de recesión si no se restablece la estabilidad institucional.

Mientras tanto, más de 100 diputados franceses firmaron la semana pasada una petición para iniciar un proceso de destitución (“impeachment”) contra Macron, acusándolo de “fracaso total en la gestión de la República”.
La renuncia de Lecornu parece confirmar que el sistema político francés atraviesa una de sus peores tormentas desde 1958, dejando al presidente aislado y al país en vilo.