La guerra de Afganistán, también llamada guerra afgano-estadounidense, fue un conflicto bélico librado en ese país y en algunas zonas de Pakistán, iniciado con la invasión llevada a cabo por los Estados Unidos y sus aliados el 7 de octubre de 2001 y finalizado con la caída de Kabul el 15 de agosto de 2021 a manos de los talibanes, con la subsecuente retirada total de tropas extranjeras el 30 de agosto del mismo año. Con una duración de veinte años, la guerra de Afganistán fue el conflicto bélico más largo llevado a cabo por Estados Unidos y muchos de sus aliados, en toda su historia.
Tras los ataques del 11 de septiembre, el presidente estadounidense George W. Bush exigió a los talibanes que extraditaran «inmediatamente» al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a quien los Estados Unidos acusaban de ideólogo de los atentados del 11 de septiembre.

Los talibanes se negaron a hacerlo sin que se les entregaran pruebas y un pedido formal de la participación de Bin Laden en los ataques. Esta negativa fue la excusa para iniciar la Operación Libertad Duradera que logró la expulsión de los talibanes y sus aliados del gobierno, la coalición liderada por Estados Unidos permaneció en Afganistán, y logró que las Naciones Unidas avalaran dicha invasión.
Poco después este organismo le dio el control de la misión militar a la OTAN quien formó una misión de seguridad (ISAF) con el objetivo de crear una nueva autoridad democrática en el país que impidiera a los talibanes de regresar al poder.
Se estableció una nueva Administración provisional afgana y se lanzaron esfuerzos en la reconstrucción en Afganistán. En 2003, los talibanes se habían reorganizado bajo el liderazgo de su fundador, Mullah Omar, y comenzaron una insurgencia generalizada contra el nuevo gobierno afgano y las fuerzas de la coalición.
Los insurgentes talibanes y otros grupos islamistas libraron guerra asimétrica, luchando con guerra de guerrillas en el campo, ataques suicidas contra objetivos urbanos y represalias contra percibidos como colaboradores afganos.
En 2007, los talibanes habían retomado gran parte de Afganistán. En respuesta, la coalición envió una importante afluencia de tropas para operaciones de contrainsurgencia, con una estrategia de «despejar y mantener» para aldeas y ciudades.
Esta afluencia alcanzó su punto máximo en 2011, cuando aproximadamente 140.000 tropas extranjeras operaban bajo el mando de la ISAF en todo Afganistán.
Luego de una corta batalla, la coalición inicial (compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Alemania y España) derrocaron el gobierno talibán y permitieron la celebración de elecciones libres para la conformación de un gobierno democrático. Sin embargo, la falta de un poder central fuerte que controlara la totalidad del territorio y la constante inestabilidad política del país, dificultaron el sometimiento de los grupos terroristas, y aunque los talibanes fueron sacados del gobierno, siguieron controlando buena parte del país y dieron una permanente batalla contra los invasores.
Aunque Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda, fue asesinado por los estadounidenses en 2011, el conflicto luego de 10 años se convertía en una guerra de desgaste, sin ningún resultado claro, por lo que los miembros de la coalición fueron retirando paulatinamente sus tropas.
Fin de la guerra
El 28 de diciembre de 2014, la OTAN puso fin oficialmente a las operaciones de combate en Afganistán y le transfirió la plena responsabilidad de la seguridad al gobierno afgano a través de una ceremonia en Kabul, marcando el inicio de la nueva fase del conflicto. El 15 de agosto de 2021, los talibanes asediaron las afueras de Kabul y el Expresidente de la República Islámica de Afganistán Ashraf Ghani entregó Kabul de forma pacífica.
Tras la retirada de los Estados Unidos, alrededor de mil ciudadanos estadounidenses y afganos con visados para entrar a Estados Unidos y a otros países quedaron retenidos por los Talibanes.
Resultados de la guerra
Más de 176.000 personas, entre ellas 46.319 civiles, murieron durante la guerra. Al menos 5,7 millones de antiguos refugiados regresaron a Afganistán tras el derrocamiento del régimen talibán en 2001, sin embargo, cuando el grupo regresó al poder veinte años después, 2,6 millones de afganos seguían siendo refugiados.