Durante la marcha realizada en Caracas en defensa de los derechos del pueblo palestino, el Embajador de Palestina en Venezuela, Fadi Alzaben, expresó con contundencia su rechazo al genocidio que el régimen sionista está perpetrando desde hace dos años en la franja de Gaza y Cisjordania.
En su intervención, el diplomático resaltó que más de 80.000 palestinos han perdido la vida como consecuencia de la ofensiva del Estado israelí, una realidad que el mundo ha preferido ignorar, permaneciendo en un silencio cómplice ante las atrocidades cometidas.
Alzaben enfatizó que en estos momentos clave, guardar silencio equivale a ser parte activa de la matanza del pueblo palestino. Por esta razón, afirmó que la movilización y la voz colectiva que se escuchaba en la marcha reflejan un espíritu revolucionario que se nutre del legado bolivariano y que garantiza que Palestina vencerá en su lucha por la libertad y la justicia.

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El impacto devastador de la guerra y la responsabilidad internacional
El Embajador no dudó en señalar que mujeres, niños y niñas palestinas siguen siendo víctimas directas de misiles y arsenales que, según denunció, son suministrados, comprados y enviados por los Estados Unidos.
Esta realidad es conocida a nivel mundial, pero continúa sin recibir la condena unánime que se merece. En este sentido, Alzaben destacó la importancia del papel que cumple Venezuela como “faro de paz”, y cómo la defensa de los asediados representa también un acto de defensa global de la paz.
En sus palabras, llamó a reconocer que quienes se suman a esta causa lo hacen en defensa de los derechos humanos y en alianza con ese espíritu bolivariano que promueve la solidaridad y la justicia internacional. Este espíritu, según el diplomático palestino, debe mantenerse vivo para enfrentar las intenciones del imperialismo, que busca replicar la agresión que hoy sufre Gaza en otras regiones del mundo.

La unidad, clave para resistir el imperialismo y el sionismo
Fadi Alzaben insistió en la necesidad de preservar y proteger la unión entre los pueblos que defienden la causa palestina y luchan contra las fuerzas imperialistas. Recalcó que esta unidad es el escudo que evita que las estrategias de fragmentación promovidas por el “gemon”, el imperialismo, tengan éxito en su intento por dividir y debilitar a los movimientos populares.
El embajador recordó que en los últimos dos años, el régimen sionista ha extendido su violencia más allá de Gaza, atacando también al Líbano, Siria, Irán y Qatar, mientras el pueblo en Yemen sufre agresiones cotidianas. Estas acciones continúan impunes porque Israel cuenta con el respaldo incondicional de Estados Unidos y el apoyo global del sionismo, que según Alzaben, no conoce fronteras y está presente en diversas partes del mundo, multiplicando sus actos de opresión.
Herencia chavista y apoyo al gobierno venezolano
En ese marco de resistencia, el Embajador palestino resaltó la importancia de mantener y defender el legado del comandante Hugo Chávez, un símbolo de lucha contra el imperialismo y la injusticia. Invitó a proteger este legado y a seguir apoyando firmemente al presidente Nicolás Maduro Moro, quien representa en Venezuela la continuidad de ese proyecto solidario y de defensa de los pueblos oprimidos.

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Un llamado a la solidaridad y la vigilancia activa
Alzaben cerró su discurso con un llamado a la vigilancia constante y a la solidaridad internacional con el pueblo palestino, recordando que la resistencia frente a la agresión sionista solo será efectiva si hay unidad y conciencia sobre los peligros que representa el imperialismo global. En su visión, la paz y la justicia en Palestina solo serán posibles con un pueblo unido, fuerte y comprometido con su causa, respaldado por la solidaridad de naciones como Venezuela y otros pueblos del mundo que comparten el espíritu revolucionario bolivariano.
Esta marcha en Caracas se reafirma así como un espacio donde la voz contra el genocidio y la ocupación sionista se alza con fuerza, convocando a la comunidad internacional a no ser cómplice del silencio y a actuar en defensa de los derechos humanos y la autodeterminación del pueblo palestino.
