En medio de un repunte de tensiones entre Afganistán y Pakistán, el presidente iraní Masoud Pezeshkian anunció que su país está dispuesto a mediar entre las dos naciones vecinas con el fin de evitar una nueva crisis regional. La propuesta fue presentada durante una reunión con el ministro del Interior pakistaní, Mohsin Naqvi, celebrada en Teherán.
“El mundo islámico necesita hoy más unidad que nunca. Irán está listo para actuar como puente de diálogo entre Kabul e Islamabad”, declaró Pezeshkian, según reportó la agencia estatal Mehr News.

El mandatario iraní subrayó que su país mantiene una política de vecindad basada en la cooperación y la no injerencia, y que la estabilidad de Asia del Sur es esencial para el desarrollo económico y la seguridad fronteriza. Su propuesta surge en un momento en que los enfrentamientos entre las fuerzas fronterizas de Pakistán y Afganistán han provocado decenas de muertos, desplazamientos y cierres comerciales.
Un conflicto que trasciende las fronteras

Las tensiones entre Pakistán y Afganistán se han agravado desde que el movimiento talibán tomó el poder en Kabul en 2021. Islamabad acusa a las autoridades afganas de tolerar la presencia del grupo Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP), responsable de múltiples ataques en territorio pakistaní. Por su parte, el gobierno afgano denuncia violaciones a su soberanía y bombardeos no autorizados por parte de Pakistán.
Irán, que comparte más de 900 kilómetros de frontera con Afganistán y vínculos históricos con Pakistán, considera que la inestabilidad en esa línea divisoria representa una amenaza directa a su propia seguridad, así como un obstáculo para los corredores energéticos que impulsa hacia el sur de Asia.
La apuesta diplomática de Teherán

La movida de Teherán tiene también un trasfondo geopolítico. Irán busca proyectarse como actor de paz regional, en contraste con su imagen de potencia en conflicto en Medio Oriente. Además, su rol mediador podría equilibrar la creciente influencia de China, que ya ha intervenido en disputas entre países musulmanes de la región.
Sin embargo, expertos advierten que la influencia real de Irán sobre Kabul y Islamabad es limitada, y que la falta de confianza mutua entre ambos países podría frenar cualquier iniciativa. “Sin una hoja de ruta clara y compromisos verificables, la mediación será más simbólica que efectiva”, explicó el analista paquistaní Rafi Ullah en declaraciones a The Tribune.
Aun así, el gesto diplomático de Pezeshkian marca un intento serio de Irán por reposicionarse como potencia estabilizadora en una región saturada de conflictos cruzados. En un contexto donde las potencias globales priorizan sus propios intereses, la oferta iraní representa una apuesta por la diplomacia multilateral y la cooperación islámica.

