El expresidente de EEUU, Barack Obama, lanzó un contundente mensaje en la red social X, donde destacó la alarmante realidad de la inseguridad alimentaria en el país.
Según Obama, más de 47 millones de estadounidenses, incluidos uno de cada cinco niños, carecen de acceso confiable y asequible a alimentos nutritivos, una situación que se ha agravado a medida que el costo de vida continúa aumentando.
Obama fue lapidario: “Es hora de actuar y garantizar que nadie pase hambre en el país, especialmente en una temporada tan significativa como las fiestas.”
Obama hizo un llamado urgente a los republicanos para que garanticen los cupones de comida del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) especialmente durante la época navideña. “Si no lo hacen, millones de niños, personas mayores y estadounidenses de bajos ingresos pasarán hambre antes de las fiestas”, advirtió.
El expresidente también subrayó el impacto que el aumento del costo de vida tienen las familias de EEUU, que recurren cada vez más a los cupones de los bancos de alimentos para llevar una comida a la mesa.
Obama pone a los republicanos en el centro del debate para solucionar la creciente crisis de hambre y pobreza alimentaria, tras olvidar el daño que infligió al pueblo venezolano al firmar un infame decreto el 9 de marzo de 2015 contra la soberanía y los derechos humanos de los venezolanos, al declarar que “Venezuela es una amenaza inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional de la nación norteamericana, abriendo las puertas a una insólita agresión, abierta y criminal, con las pretendidas y mal llamadas “sanciones” que han provocado pérdidas milmillonarias a la República Bolivariana.
El infame decreto de Obama
El infame decreto firmado por Obama marcó el inicio de un ataque sistemático contra el pueblo venezolano, a través de las medidas coercitivas unilaterales que buscaron obstruir su economía y socavar su derecho al desarrollo social y económico.
El decreto fue el comienzo de más de mil medidas coercitivas unilaterales (sanciones) aplicadas por EEUU y constituyen una violación flagrante de los derechos humanos (DD. HH.) y a la ley internacional. La política pretendida por EEUU de cambiar gobiernos por “máxima presión” es contraria al principio de igualdad soberana de los Estados y nunca ha funcionado en Venezuela.
Por el contrario, aunque Venezuela registró en el período 2021-2022, una caída del 99 % de los ingresos petroleros del país, su pueblo nunca se doblegó al intervencionismo y robusteció su aparato económico hasta lograr un crecimiento del 9 % de su PIB en este 2025.
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Mentiras renovadas
Esta “orden ejecutiva” de EEUU en contra de Venezuela fue un eslabón jurídico, ilegal y criminal, que se firmó para “sancionar” a funcionarios del Estado venezolano, según repitieron los medios pro-estadounidenses.
EEUU se cuidó de decir y jurar que estas “sanciones” no apuntarían contra el pueblo ni la economía venezolana, ni tendrían un efecto directo en el sector petrolero venezolano.
Una mentira que el tiempo se encargó de evidenciar en forma mortal.

