Después de casi 40 días de cierre parcial del Gobierno federal —el más prolongado en la historia de los Estados Unidos— se ha alcanzado un acuerdo preliminar entre republicanos y una facción de senadores demócratas que permitirá reabrir la administración.
El pacto, impulsado por el líder republicano del Senado John Thune y avalado por ocho demócratas clave, incluye varios compromisos que – aunque no todos definitivos – marcan una victoria negociadora significativa.
¿Qué concesiones hicieron los republicanos?

- Se comprometieron a que en diciembre se efectúe una votación sobre la extensión de los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), conocidos como Obamacare, cuyos créditos fiscales vencen a fin de año. Sin embargo, no garantizan que dichos subsidios sean extendidos en ese mismo momento.
- Aceptaron un paquete de financiación temporal que permitirá reabrir varias agencias federales hasta el 30 de enero, y financiar algunos programas hasta esa fecha.
- Reconocieron indirectamente la presión sobre programas sociales como los cupones alimentarios (SNAP) al avalar su financiamiento total hasta septiembre de 2026, según reportes.
Lo que NO obtuvieron los republicanos en el cierre (o lo postergaron)

- La extensión de los subsidios ACA no está asegurada: los republicanos sólo prometen votar en diciembre, sin compromiso de aprobación.
- Los demócratas reclamaban una prórroga automática de los subsidios hasta por lo menos el 2026; esa demanda quedó fuera del acuerdo preliminar.
- No se trata de un acuerdo permanente de presupuesto: es temporal, lo que deja escenario abierto para nuevas negociaciones y presiones políticas.
¿Por qué los republicanos cedieron estos puntos?

El cierre prolongado provocó graves efectos: suspensión de sueldos de cientos de miles de funcionarios, caos en aeropuertos, recortes de servicios federales, y creciente presión pública. También, dentro del Senado hubo una estrategia de salir de la parálisis para presentarse como capaces de gobernar, mientras se salvaguardaban prioridades —como la revisión futura de la ACA— para el calendario político.
¿Qué implica para el futuro?

Aunque el Gobierno podría reabrir con este acuerdo, la negociación central sobre salud, subsidios y gasto social continuará. Si los republicanos no logran que en diciembre se aprueben los subsidios, su posición política podría verse debilitada, dado que millones podrían enfrentar aumentos de primas o pérdida de cobertura.

