El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, dominado por los demócratas, hizo públicos este miércoles cerca de 20.000 páginas de documentos pertenecientes al patrimonio del fallecido financiero Jeffrey Epstein, entre los que se incluyen correos electrónicos privados que vinculan directamente al presidente Donald Trump con conocimiento previo de las actividades delictivas del magnate.

En una de las comunicaciones, fechada en 2019 y dirigida al escritor Michael Wolff, Epstein afirmaba: “Trump sabía lo de las chicas, pues le pidió a Ghislaine que parara”.
Esta mención, considerada una de las revelaciones más comprometedores hasta ahora, fue acompañada por otro correo de 2011 dirigido a su socia Ghislaine Maxwell, donde Epstein describía a Trump como “un perro que no ha ladrado”, en aparente referencia a su silencio sobre los abusos que tenían lugar en su entorno.
La publicación de estos archivos marca un nuevo capítulo en el escándalo que rodea a la red de tráfico sexual de menores encabezada por Epstein, quien fue hallado muerto en su celda de Nueva York en agosto de 2019 mientras esperaba juicio.
Su muerte, oficialmente declarada como suicidio, reavivó teorías de encubrimiento debido a los vínculos del financiero con figuras de alto perfil, entre ellas Bill Clinton, el príncipe Andrés y el propio Trump.
La amistad que Trump no puede ocultar

De acuerdo con los documentos revelados, Epstein y Trump mantuvieron una amistad cercana durante casi 15 años, que se habría roto a principios de los 2000 tras una disputa inmobiliaria en Palm Beach, Florida. Sin embargo, los correos publicados muestran que el contacto entre ambos continuó de manera indirecta a través de intermediarios.
Durante una conferencia en la Casa Blanca, Trump evitó responder las preguntas de los periodistas sobre la filtración de los correos, limitándose a decir que “fue un gran día”, en alusión a la firma del proyecto de ley que puso fin al cierre histórico del Gobierno estadounidense. La escena fue captada por medios y difundida en redes sociales, donde la falta de respuesta del mandatario generó una ola de críticas y especulaciones.
La Casa Blanca reaccionó rápidamente a la polémica. Su portavoz, Karoline Leavitt, acusó a los demócratas de haber “filtrado correos electrónicos de forma selectiva” para “crear una narrativa falsa con el fin de difamar al presidente Trump”.
Por su parte, el mandatario recurrió a su red Truth Social para responder a las acusaciones, escribiendo: “Los demócratas están tratando de sacar a relucir nuevamente el bulo de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho respecto al cierre del Gobierno y tantos otros temas”.

Añadió además que “no debería haber desviaciones hacia Epstein ni hacia nada más”, e instó a los republicanos a “centrarse en reabrir nuestro país y reparar el enorme daño causado por los demócratas”.
Aunque las autoridades federales no han confirmado la autenticidad completa de los correos, el contenido ha generado una tormenta política y mediática en Washington, avivando las tensiones entre el Congreso y la Casa Blanca, y reabriendo un caso que muchos daban por cerrado.

