El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió este jueves que sobre su país “se cierne una amenaza de invasión”, tras el anuncio del mayor despliegue militar estadounidense en el mar Caribe en más de tres décadas, una acción que Caracas denuncia como una agresión directa contra su soberanía.
La preocupación del mandatario surge horas antes de que Washington confirmara la puesta en marcha de la ‘Operación Lanza del Sur’, una iniciativa que intensifica la presencia militar de Estados Unidos en el hemisferio occidental.
Durante un encuentro con jóvenes comuneros, Maduro aseguró que EE.UU. “amenaza a Venezuela con una invasión”, y cuestionó: “¿Ustedes quieren que vengan a perseguir a la juventud aquí? Levante la mano el que quiera ser esclavo gringo, el que quiera que Venezuela se convierta en una colonia gringa”. En contraste, pidió apoyo para preservar la independencia nacional y exaltó el papel de la juventud “rebelde”. Los asistentes respondieron con la consigna: “¡No volverán!”.
Pocas horas después, el secretario de Guerra de EE.UU., Peter Hegseth, confirmó el inicio de la operación militar. Según afirmó, su objetivo es “eliminar a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y proteger nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente”. Washington enmarca la misión dentro de sus esfuerzos contra el narcotráfico, aunque Caracas sostiene que se trata de un pretexto para justificar acciones hostiles.
Desde agosto, EE.UU. ha desplegado frente a las costas venezolanas buques de guerra, un submarino, aviones de combate y tropas, mientras acusa a Maduro —sin presentar pruebas— de liderar un supuesto cártel del narcotráfico.
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, incluso duplicó la recompensa por su captura. El presidente Donald Trump admitió en octubre haber autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en territorio venezolano.
Maduro alerta sobre cambio de régimen
Maduro ha insistido en que estas acciones buscan “cambiar el régimen” e instalar un gobierno subordinado a Washington para controlar la “inmensa riqueza petrolera” del país. “La verdad es que Venezuela es inocente, y todo lo que se está haciendo contra Venezuela es para justificar una guerra”, declaró recientemente.
La reacción internacional no se ha hecho esperar. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó preocupación por la posibilidad de que la operación estadounidense “desestabilice la situación en el Caribe y en torno a Venezuela”, advirtiendo que las acciones deben respetar el derecho internacional. Por su parte, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, calificó los ataques contra embarcaciones venezolanas como inaceptables.
Lavrov, declaró que las acciones de Estados Unidos «no conducirán a nada bueno». Calificando como inaceptables la destrucción de barcos sin «juicio ni proceso», el canciller señaló que «así actúan los países fuera de la ley». Asimismo, advirtió de que la política de la Administración Trump «no mejorará la reputación de Washington ante la comunidad internacional».
Organismos internacionales también han alzado la voz. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, condenó los bombardeos estadounidenses contra lanchas de escaso calado, mientras que los gobiernos de Colombia, México y Brasil tacharon estas acciones de “ejecuciones sumarias” incompatibles con el derecho internacional.
La escalada militar continúa generando alarma regional, en un momento de alta tensión política y con un escenario que, según Caracas, apunta hacia una posible intervención directa bajo un pretexto que considera fabricado.
