La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar afirmó que respalda el posible diálogo entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
“El diálogo es siempre la mejor opción cuando se acude a la mesa con honestidad y transparencia, y no con una actitud de defensa continua o negación de las malas acciones. Apoyo tanto el diálogo como la acción directa” afirmó la mandataria.
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Desde su toma de posesión, la primer ministra trinitobaguense ha mantenido una postura hostil hacia Venezuela, sobre todo, en franco alineamiento con Estados Unidos. En mayo, la mandataria declaró “muerto” el trato gasífero Dragón, que la anterior administración había firmado con Venezuela.
En junio, ante el anuncio de la presencia de un nacional trinitobaguense en una banda desarticulada en territorio venezolano, la mandataria amenazó con usar fuerza letal contra cualquier embarcación pequeña que viniera desde la república bolivariana.
Recientemente, desde que Estados Unidos comenzó su asedio contra Venezuela, la mandataria afirmó que ofrecería su territorio nacional como base militar en el supuesto de una invasión estadounidense contra esa nación.
Por demás, en franca provocación hacia Venezuela, la mandataria ha permitido la presencia militar estadounidense en su territorio. Del 26 al 30 de octubre, Puerto España albergó al buque destructor USS Gravely, lo que Caracas denunció como un intento de forjar un casus belli.
En noviembre, del 16 al 21, marines estadounidenses conducen ejercicios militares conjuntos con las Fuerzas de Defensa de Trinidad y Tobago, considerados como una provocación contra Venezuela.
Por otra parte, The New York Times liberó una investigación en la que afirma que Estados Unidos ha conducido sobrevuelos con drones MQ9-A “Reapers” en territorio trinitobaguense, con algunos de ellos a diez millas de distancia de territorio venezolano.
También en septiembre, Persad Bissessar se reunió en Washington con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, “para debatir la sólida alianza entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago, especialmente en materia de seguridad regional y cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Elogió las medidas adoptadas por Trinidad y Tobago para combatir las organizaciones criminales transnacionales y frenar el tráfico ilícito de drogas y armas de fuego.”
La supuesta existencia de una red de narcotráfico en Venezuela y que afectaría a Trinidad y Tobago, es la excusa para este despliegue militar y los más de 20 ataques contra pequeñas embarcaciones en alta mar, que ya dejan más de 80 asesinados.
Trinidad y Tobago ¿Apoya u obedece?
Este supuesto apoyo al diálogo por parte de la mandataria es en realidad parte de su política plegada a los Estados Unidos.
El domingo, Trump dijo que Estados Unidos podría dialogar con el presidente Maduro, en la primera ocasión en que la administración norteña se abre a la posibilidad de conversar con Caracas.
“La mejor manera de resolver los problemas es mediante el diálogo. Hay muchos problemas urgentes que requieren intervención. Está el problema del narcotráfico, el tráfico de drogas y la trata de personas. Está el problema de que las elecciones no son libres ni justas. Está el problema de las peligrosas bandas que causan estragos en otros países. Está el problema de la crisis humanitaria en la que millones de personas huyen de regímenes opresivos”, afirmó Persad-Bissessar.
Una vez más, la mandataria usa la migración venezolana como elemento de ataque y el supuesto narcotráfico como excusa para la hostilidad contra Venezuela. Una vez más, su discurso sigue las directrices de la política estadounidense contra la nación suramericana.
Estados Unidos desconoce la legitimidad del presidente Nicolás Maduro como jefe de estado de Venezuela, mientras el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrece una recompensa de 50 millones de dólares en el marco del Programa de Recompensas por Narcóticos (NRP) contra el mandatario venezolano.

También el Departamento de Estado de Estados Unidos ha incluido a Maduro en la lista de líderes del pretendido Cartel de los Soles, para construir una narrativa de supuesto tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Esta estrategia ya había sido usada por la administración Trump, criminalizando a la diáspora venezolana bajo acusaciones de ser parte de la extinta organización criminal “Tren de Aragua”.
Trump implica una supuesta voluntad de diálogo, mientras mantiene en aguas regionales inmediatas a Venezuela al grupo anfibio listo, el grupo de tarea conjunta del Comando Sur, así como el portaviones Gerald Ford como parte de la operación “Lanza del Sur”, así como doce mil efectivos.

