La resistencia a los antimicrobianos pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos. Este fenómeno, es el resultado del mal uso y abuso de medicamentos y la desigualdad en el acceso a tratamientos que se convierten en una amenaza para la salud humana, animal y ambiental.
Los microorganismos resistentes —conocidos como ultrarresistentes cuando rechazan la mayoría de los tratamientos— causan infecciones persistentes que incrementan el riesgo de contagio. La resistencia surge y se intensifica ante factores como el uso incorrecto de antibióticos, la contaminación ambiental y debilidades en los sistemas de salud pública y animal. Actualmente, la resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una crisis sanitaria que afecta procedimientos médicos esenciales, con un impacto especialmente grave en personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunitarios vulnerables.
El llamado actual insta a implementar medidas transversales, con supervisión medica y solidarias para frenar esta amenaza y promover la justicia social en la salud global.

