La Unión Europea rechazó la madrugada de este viernes la última versión del presunto plan de paz impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump para poner fin al conflicto en Ucrania.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, afirmó que Europa no ha sido consultada y subrayó que cualquier acuerdo requiere la participación directa de Kiev y Bruselas. “Para que cualquier plan funcione, es necesario que los ucranianos y los europeos estén implicados”, declaró ante la prensa.
Las declaraciones de Kallas llegan tras conocerse, según medios internacionales, los detalles de un documento de 28 puntos en el que Washington propone cesiones territoriales por parte de Ucrania y una reducción drástica de sus Fuerzas Armadas. Consultada sobre si la Unión Europea tuvo algún rol en la preparación del documento, la diplomática fue tajante: “Que yo sepa, no”.

El rechazo no proviene solo de la jefa de la diplomacia europea. Varios ministros de Exteriores de los Estados miembros también expresaron dudas sobre la iniciativa. El canciller danés, Lars Lokke Rasmussen, cuestionó incluso la legitimidad y origen del plan. “Ante todo, tenemos que averiguar si realmente son las grandes potencias las que están detrás de este plan”, afirmó, señalando el escepticismo generalizado sobre la propuesta.
Desde Polonia, el ministro de Exteriores Radoslaw Sikorski subrayó que la seguridad de Europa está directamente ligada al desenlace del conflicto entre Moscú y Kiev. “La seguridad de Europa se verá reforzada o debilitada según cómo termine”, dijo, insistiendo en que Bruselas debe participar en cualquier negociación que modifique el equilibrio estratégico del continente.

Los altos diplomáticos europeos se reunieron este jueves en Bruselas para abordar múltiples crisis, incluyendo la guerra en Ucrania, los esfuerzos de paz en Gaza y la inestabilidad en el Sahel y Sudán. Sin embargo, la atención se centró en el plan de Trump, cuya propuesta de cesiones territoriales y desarme parcial es vista por los aliados de Kiev como “equivalente a una capitulación”, de acuerdo con fuentes citadas por Reuters.
En contraste, Washington insiste en que estos puntos son esenciales para alcanzar un acuerdo con Moscú, según fuentes familiarizadas con las conversaciones. El debate también refleja la creciente distancia entre las posturas europeas y las estadounidenses respecto al futuro de Ucrania y al papel de las grandes potencias en la resolución del conflicto.
Desde Moscú, el Kremlin aseguró que no existen actualmente negociaciones formales con EE.UU. “No hay consultas en este momento. Hay contactos, por supuesto, pero no hay un proceso que se pueda llamar consultas”, declaró el portavoz Dmitri Peskov. Rusia insiste en que es necesario abordar las “causas fundamentales del conflicto”, aludiendo a los argumentos expuestos por el presidente Vladímir Putin durante la cumbre de Alaska celebrada con Trump en agosto.

Por su parte, Yuri Ushakov, asesor presidencial ruso, reiteró la semana pasada que el camino hacia un acuerdo continúa abierto. Según dijo, el tema central de los contactos es Anchorage y, si se mantiene esa ruta, “podemos alcanzar un acuerdo pacífico”. Ushakov subrayó que ni Washington ni Moscú han abandonado lo discutido en Alaska, aunque reconoció que el diálogo actual se mantiene “a escala limitada”.
Mientras tanto, la UE insiste en que no aceptará ningún plan que no incluya de forma explícita la participación activa de Ucrania y Bruselas en su redacción y ejecución.

