El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró los aranceles del 40 % a ciertos productos de Brasil, como la carne bovina, vegetales, café y cacao, después de haber negociado con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Trump había impuesto un 10 % de aranceles a las exportaciones brasileñas y luego les aplicó otro del 40 %, elevando el total al 50 %, en represalia por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado de Trump,y que fue condenado a 27 años de prisión por haber intentado un golpe de Estado tras la victoria electoral de Lula.
En el listado de exenciones arancelarias, también se incluyen combustibles fósiles, productos derivados o sustancias químicas relacionadas con el carbón y su procesamiento, gases licuados, productos químicos, pulpas de madera e infinidad de componentes para aviación civil.
Es obvio que la medida busca reducir los altos precios de estos y otros productos agrícolas que Estados Unidos importa, y que incrementaron de precio por los impuestos y la falta de suministro local.
La pulseada política tiene un claro ganador: Lula Da Silva
El presidente brasileño se mostró orgulloso de no haber respondido en caliente cuando en julio pasado Trump decidió imponer una tarifa adicional de hasta el 50 % sobre gran parte de las importaciones brasileñas por motivos principalmente políticos.
«Cuando el presidente de EE.UU. decidió imponer súper tarifas al mundo entero, todos entraron en crisis y se pusieron nerviosos», pero «yo no suelo tomar decisiones cuando tengo 39 grados de fiebre, espero a que me baje», explicó Lula.
«Hoy estoy feliz porque el presidente Trump ya empezó a reducir algunos de los aranceles que había aplicado a ciertos productos brasileños», afirmó el líder progresista durante su discurso en la inauguración del Salón Internacional del Automóvil de São Paulo.
Con viento a su favor, Brasil va por más reducción de aranceles. Trump y Lula quedaron en realizar en el futuro sendas visitas oficiales a Brasilia y Washington, respectivamente.
«Las cosas ocurren en la medida en que logramos ganarnos el respeto de las personas. Nadie respeta a quien no se respeta a sí mismo. Nadie. En política y en economía no hay magia. Uno tiene que hacer lo que es posible en el momento adecuado, sin tomar a nadie por sorpresa», manifestó Lula en el acto de este jueves.

