El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, confirmó este lunes que el plan de paz impulsado por Donald Trump ha sido reducido y modificado tras las negociaciones mantenidas en Ginebra. Según el mandatario, el documento ya no contiene los 28 puntos originalmente filtrados.
“En este momento, después de Ginebra, hay menos puntos, ya no son 28, y se han tenido en cuenta muchas cosas correctas”, aseguró en un mensaje en video, en el que también adelantó que planea reunirse personalmente con el presidente estadounidense para abordar “cosas sensibles” del texto.
El Financial Times informó citando fuentes que el plan habría sido reducido a 19 puntos, aunque no se especificó qué elementos fueron eliminados. La filtración inicial incluía temas de alto impacto político: la renuncia de Ucrania a su ingreso en la OTAN, la cesión de territorios del Donbass, el levantamiento progresivo de sanciones contra Rusia y la convocatoria de elecciones presidenciales ucranianas 100 días después de la entrada en vigor del acuerdo.
Rusia no ve otro camino realista al plan de Trump

Desde Moscú, la reacción fue inmediata. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que el proyecto estadounidense es actualmente la única propuesta “substancial” para avanzar hacia un posible acuerdo.
“Ahora mismo, lo único que hay de substancial es el proyecto estadounidense, el proyecto de Trump. Creemos que puede ser una base muy buena para las negociaciones, y nuestro presidente también ha hablado de ello”, declaró.
Sin embargo, subrayó que Rusia sigue esperando una versión oficial del documento, evitando lo que calificó como “diplomacia de megáfono”. Peskov añadió que existen versiones contradictorias y que Moscú prefiere evaluar el texto definitivo antes de emitir un posicionamiento final.
Los elementos filtrados del plan apuntan a profundas transformaciones políticas, territoriales y culturales. Entre ellos figuran concesiones territoriales —incluido el reconocimiento de Crimea y Donbass como territorios rusos—, la desmilitarización parcial de Ucrania, restricciones al despliegue de fuerzas extranjeras y una reducción significativa de la asistencia militar estadounidense.

También se destaca la exigencia de otorgar al idioma ruso estatus de lengua estatal y el reconocimiento formal de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica.
Dentro de Ucrania, Zelenski ha rechazado en repetidas ocasiones propuestas de paz que impliquen concesiones territoriales o cambios estructurales impulsados desde Moscú. A pesar de ello, su mensaje reciente sugiere que Kiev está participando más activamente en la renegociación de los puntos presentados por Washington.

En el ámbito europeo, la falta de consenso se hizo evidente al margen de la cumbre del G20, donde varios líderes habrían elaborado una contrapropuesta al plan estadounidense. No obstante, el primer ministro interino de Países Bajos, Dick Schoof, aseguró que la Unión Europea no cuenta con un “plan alternativo” oficial distinto al impulsado por Trump.
En conjunto, la modificación del documento inicial, la búsqueda de consenso entre Washington y Kiev, y la disposición preliminar mostrada por Moscú dibujan un escenario aún incierto, donde la clave parece ser la inminente reunión entre Zelenski y Trump. Su resultado podría definir el futuro inmediato de las negociaciones para poner fin al conflicto.

