Donald Trump, anunció este lunes que sostuvo una “buena” conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, en la que abordaron temas clave de la agenda bilateral e internacional.
El mandatario estadounidense informó sobre el intercambio a través de la red Truth Social, donde aseguró que la relación entre ambas potencias atraviesa un momento positivo. “¡Nuestra relación con China es extremadamente sólida!”, afirmó.
Según Trump, durante la llamada se discutieron asuntos como la guerra entre Rusia y Ucrania, la crisis del fentanilo, la producción y comercio de soja, así como otros productos agrícolas. El presidente destacó que Washington y Pekín alcanzaron “un buen acuerdo y muy importante” en el ámbito agrícola, subrayando que los beneficios “solo irán a mejor” en los próximos meses.
El diálogo telefónico ocurre tres semanas después de la reunión que ambos líderes sostuvieron en la ciudad surcoreana de Busan, calificada por Trump como “altamente exitosa”. De acuerdo con su mensaje, desde ese encuentro se han producido “avances significativos por ambas partes” para mantener actualizados los compromisos pactados.
Uno de los puntos centrales de la conversación fue el intercambio de visitas oficiales. Trump reveló que Xi lo invitó formalmente a realizar una visita a Beijín en abril, invitación que aceptó. A su vez, el mandatario estadounidense extendió una invitación para que el líder chino realice una visita de Estado a Washington en el transcurso del próximo año.
Ambos coincidieron en que el contacto frecuente entre las dos mayores potencias económicas es esencial para mantener la estabilidad global. “Acordamos que es importante que nos comuniquemos a menudo, lo cual espero con interés”, escribió Trump.
Desde China, Xi Jinping también se refirió a la conversación y señaló que la reunión de Busan dio un impulso clave a las relaciones bilaterales, que desde entonces han sido “estables y con una tendencia favorable”.
Xi afirmó que ambos países deben “mantener esta dinámica” y actuar sobre la base de la igualdad, el respeto y la reciprocidad. También destacó la importancia de ampliar las áreas de cooperación y reducir los puntos de fricción.
La llamada entre los mandatarios se produce en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, disputas comerciales y desafíos compartidos. Para Washington, la cooperación en materia de drogas sintéticas, especialmente la lucha contra el fentanilo, es una prioridad. Para China, la estabilidad comercial y el acceso fluido a productos agrícolas estadounidenses representan un eje importante para su seguridad alimentaria.
El intercambio diplomático también ocurre mientras persisten desacuerdos en ámbitos como tecnología, seguridad en el Indo-Pacífico y sanciones económicas. Sin embargo, ambas partes han mostrado disposición a evitar una escalada y promover un clima de diálogo constructivo.
La aceptación de Trump para visitar China en abril podría convertirse en uno de los encuentros bilaterales más influyentes del próximo año, especialmente en un periodo de reacomodo geopolítico y cambios en el equilibrio global. Tanto Washington como Beijín parecen buscar un terreno común que permita reducir tensiones y consolidar acuerdos en áreas estratégicas.
